¿Existe conexión entre la dependencia al alcohol en la adolescencia y la depresión en la adultez?

“El consumo de alcohol en la adolescencia tardía pueden aumentar el riesgo de depresión años después “, según experto

Entre los jóvenes, el consumo de alcohol es prevalente y se destaca como la sustancia legal más consumida (Foto: Infobae).

Según un reciente estudio realizado por Jon Garza, Gwen Fernandes, Gemma Hammerton, Matthew Hickman y Glyn Lewis publicado en The Lancet Psychiatry, beber grandes cantidades de alcohol de manera regular, sin signos de dependencia, no predice el riesgo de depresión.

La especialista en psiquiatría de la Facultad de Ciencias del Cerebro en el University College London y coautora principal de esta nueva investigación, Gemma Lewis afirmó que “Al analizar un gran conjunto de datos longitudinales, hemos encontrado evidencia de que los patrones problemáticos de consumo de alcohol en la adolescencia tardía pueden aumentar el riesgo de desarrollar depresión años después”.

El estudio se llevó a cabo con 3902 personas pertenecientes al estudio de cohortes de nacimiento «Children of the 90s» (Estudio Longitudinal de Padres e Hijos de Avon – ALSPAC). 

Los resultados mostraron que las personas que parecían ser dependientes del alcohol a los 18 años tenían más probabilidad de experimentar depresión a los 24 años en comparación con sus pares.

Con una puntuación de dependencia del alcohol de cero a los 18 años tienen un 11% de probabilidad de tener depresión a los 24 años, mientras que aquellos con una puntuación de uno en la escala tienen un 15% de probabilidad (un aumento del 28 % en la probabilidad de no estarlo). 

Esta relación se mantuvo incluso después de ajustar los factores de confusión como el uso de sustancias y los síntomas depresivos a los 16 años. Además, los investigadores encontraron que los niveles de consumo por sí solos no estaban asociados con un mayor riesgo de depresión.

La coautora principal, Gemma Hammerton, especialista en psiquiatría de la Universidad de Bristol detalló que “Si bien descubrimos que el consumo de alcohol por sí solo no parecía aumentar la probabilidad de depresión, la ingesta excesiva de alcohol puede ser un precursor de la dependencia y puede tener efectos perjudiciales para la salud física a largo plazo”.

Los resultados de este nuevo estudio resaltan la importancia de proteger a los jóvenes de los efectos dañinos del alcohol a través de la intervención temprana y el adecuado financiamiento de servicios de adicciones dirigidas a la juventud. 

Finalmente, estos hallazgos también concuerdan con los resultados de otra investigación reciente en adultos, la cual encontró que el uso problemático de alcohol, pero no obstante la cantidad consumida, se relaciona con un mayor riesgo de intento de suicidio o autolesión.