Evaluando los 100 primeros días del presidente Donald Trump

Decisiones ejecutivas audaces, un giro en política exterior y medidas económicas proteccionistas marcan sus primeros 100 días. Este análisis explora el impacto inicial de estas políticas, desde la intensificación migratoria hasta la guerra arancelaria, contrastando datos objetivos y subjetivos para proyectar el futuro económico del país. Un examen a fondo de un comienzo de gobierno que ya genera debate y redefine expectativas.

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista. -N°. -4654-


El retorno de Donald Trump a la «The White House» (La Casa Blanca en español). También se le conoce como el «Palacio Presidencial», la «Mansión Ejecutiva» en 2025 marcó un nuevo capítulo en la política estadounidense. Tras una campaña electoral polarizada, su segundo mandato comenzó con una serie de decisiones que reflejaban su estilo de gobierno: medidas ejecutivas rápidas, confrontaciones con sus opositores y un enfoque agresivo en política exterior y económica.


Trump, inició con un récord de órdenes ejecutivas el primer día, firmó más de 140 órdenes ejecutivas, superando el récord histórico de cualquier otro presidente en sus primeros meses de gobierno. Entre sus medidas más destacadas estuvo la intensificación de la política migratoria, incluyendo la declaración de emergencia nacional en la frontera sur y el aumento de deportaciones. Estas acciones han reforzado el control fronterizo y han reducido significativamente la inmigración irregular. Sin embargo, estas políticas han generado incertidumbre entre inmigrantes ya establecidos en EE. UU. y en estudiantes extranjeros universitarios, que han visto anuladas sus visas de forma unilateral.


Acerca a su política exterior, Trump adoptó una postura de confrontación en el escenario internacional que no ha logrado terminar las guerras de forma inmediata. Su política ha sido zigzagueante: desde una posición amenazante para Ucrania y líderes europeos y complaciente con Rusia e Israel, ha pasado a una política de apoyo a Kiev y endurecimiento con Moscú.


La creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), con el objetivo de reestructurar el gobierno federal, eliminar regulaciones innecesarias y contener gastos para reducir el déficit fiscal, ha tenido resultados mixtos. Se ha impulsado la digitalización y optimización de procesos administrativos, mejorando la eficiencia en el manejo de datos y pagos federales. Algunas de sus medidas, como el cierre de agencias estatales como USAID, han generado críticas por su impacto en programas internacionales de ayuda.


En el área económico, impuso aranceles agresivos a China, México y la Unión Europea, justificándolos como una estrategia para proteger a los trabajadores estadounidenses y reducir los déficits gemelos. Sin embargo, estos aranceles han provocado una contracción del PIB del 0,3% en el primer trimestre de 2025, consecuencia de un adelanto significativo de las importaciones.


También, su enfoque proteccionista en comercio internacional generó incertidumbre en los mercados financieros. La imposición de aranceles de hasta 50% a varios países llevó a una revisión a la baja del crecimiento económico global, afectando la confianza en la estabilidad de la economía estadounidense.


Sin embargo, la aprobación de Trump cayó significativamente en sus primeros 100 días. Encuestas revelaron que su manejo económico y su política exterior generaron preocupación entre los ciudadanos, especialmente por el aumento de precios y la volatilidad del mercado financiero. La mayoría de los analistas económicos proyectan un escenario apocalíptico respecto a la evolución de la economía estadounidense y del comercio internacional.


Lo auténtico y verdadero es que existe una gran carga de subjetividad producto de la polarización de la opinión pública. Existen dos tipos de datos utilizados por los analistas económicos: los datos duros (“hard data”) y los datos suaves (“soft data”). Los datos duros corresponden a los datos estadísticos oficiales que muestran objetivamente la evolución de las variables macroeconómicas. Los datos suaves corresponden a los datos que miden las expectativas de los agentes económicos y son altamente subjetivos. Sin embargo, ambos datos se utilizan para la elaboración de las proyecciones económicas. Los datos duros definen tendencias, mientras que los datos suaves definen cambios esperados en el futuro.


En este contexto, el caso de EE. UU., esta semana se divulgaron los resultados del primer trimestre de 2025, que nos permiten tener una primera visión del impacto de la política de Trump. En el caso de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios, los resultados hasta el primer trimestre nos indican claramente que los importadores americanos han aumentado sus compras adelantándose a la imposición de los aranceles. Por su parte, las exportaciones de EE. UU. no han experimentado una significativa retracción.


Las perspectivas para 2025 y 2026, ¿Qué se espera para lo que resta de 2025 y 2026? Se espera una significativa retracción de las importaciones a niveles de las importaciones de 2024, tanto por los mayores precios a pagar como por el uso de stocks y por la sustitución de importaciones por producción doméstica.


En lo que concierne a las exportaciones de EE. UU., estas deben crecer lentamente en 2025 y luego acelerarse como resultado de las negociaciones bilaterales de comercio que se concreten en 2026. Como consecuencia, se espera una reducción significativa del déficit comercial de 1.000 millones de US$ a menos de 400 millones.

En lo que respecta al déficit fiscal de EE. UU., los resultados del primer trimestre indican una ligera reducción del acumulado de los últimos 12 meses de 2.500 billones de dólares a 2.400. Para lo que resta de 2025 y 2026 se espera que, como consecuencia del aumento de la recaudación tributaria producto del incremento de los aranceles y los ahorros a lograr como resultado de las medidas de contención de gastos iniciadas por el DOGE y la aprobación del nuevo presupuesto por el Congreso.


Proyecciones fiscales hacia 2026
Las proyecciones fiscales hacia 2026, ¿A cuánto ascendería la reducción del déficit durante 2025 y 2026? la evolución del resultado fiscal acumulado en los últimos 12 meses en billones de US$. Se espera que el déficit fiscal se reduzca a mil millones en 2025 y a 700 millones en 2026.

Estos resultados permitirían controlar el crecimiento de la deuda pública con relación al PBI y desacelerar la colocación de bonos del Tesoro, contribuyendo a reducir la presión sobre las tasas de interés y el valor del dólar. Estos resultados dependerán del manejo monetario de la FED para controlar el shock inflacionario que debe generar el aumento de aranceles.


¿Serán suficientes los aranceles y el DOGE?
¿Podrán los aranceles y el DOGE generar los recursos necesarios para reducir el déficit fiscal? En el Gráfico 3 se muestra la evolución de la recaudación por aranceles para el periodo I-T 2016 – I-T 2025 y su proyección para lo que resta de 2025 y 2026.

Observamos que en el primer periodo de gobierno de Trump, el aumento de aranceles permitió elevar la recaudación de 150 billones anuales a 400 billones en 2022 (su aumento fue interrumpido temporalmente por la pandemia). El relajamiento de los aranceles durante la administración Biden redujo la recaudación a 300 billones, pero estos han comenzado a repuntar en el I-T de 2025.


Proyección de la recaudación arancelaria
Se estima que las medidas arancelarias de Trump eleven la tasa efectiva promedio (arancel promedio a todas las importaciones) de los actuales 2,7% a 9%, lo que significaría triplicar la actual tasa. Si tomamos en cuenta la reducción de importaciones producto de la elevación de los aranceles, se podría esperar que la recaudación por impuesto a las importaciones pase de los actuales 350 billones a 900 billones, es decir, un aumento neto de la recaudación de 550 billones que contribuiría significativamente a la reducción del déficit fiscal.
Todo dependerá de si el aumento de recaudación va acompañado de la reducción de gastos públicos contemplados por el DOGE y la contención de gastos de defensa y de seguridad social, que son los componentes más significativos del gasto público de EE. UU.