Estados Unidos se enfrenta a la escasez de gas natural en medio de los esfuerzos por satisfacer la fuerte demanda nacional e internacional a través de los productores de esquisto. Precisamente, un informe elaborado por Reuters señala que desde el 9 de septiembre los almacenamientos subterráneos se situaban en 78 millones de metros cúbicos, una cifra inferior a los niveles registrados desde el 2010.
En esta línea, el análisis subraya que las reservas estaban por debajo del promedio estimado de los cinco años previos a la pandemia que, en teoría, no han mostrado algún cambio ante el aumento de los precios. De igual manera, enfatizan que durante los primeros cinco meses del año, la demanda de los generadores registró un alza significativa en ese periodo. Por su parte, explican que en la temporada de verano la combustión de gas de los productores de energía aumentó, generando un nuevo pico en el mes de julio.
Como se recuerda, a raíz de la situación actual en Ucrania, muchos países se han visto afectados por obtener suministros, hasta el punto de optar por medidas como el carbón para destinarla al consumo eléctrico. En este caso, el país liderado por Joe Biden ha tratado de satisfacer las exportaciones a un ritmo récord gracias a las nuevas terminales de licuefacción de gas natural que se dirigen a Europa y Asia.
A pesar que la producción del gas se ha incrementado a principios de año por medio de las plataformas petrolíferas, no fue suficiente para afrontar la demanda interna y externa ni para recuperar los inventarios reducidos. Por consiguiente, los expertos estiman que la crisis energética batirá nuevos récords en Washington.