Es inconcebible la manifestación de cualquier acto de rusofobia

Alisa Guilyazeva*

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Durante varios años he sido presidenta del Consejo Coordinador de Organizaciones de Compatriotas Rusos en el Perú. Todos estos años de trabajo público, nunca hemos dividido a nuestros compatriotas, la diáspora, en «nosotros» y «ellos».

A nuestros eventos asistieron representantes de distintas nacionalidades, nuestras organizaciones incluían no solo a los rusos, sino también a los ucranianos y otras nacionalidades. Nunca pedíamos pasaporte, siendo simplemente una comunidad y hablábamos ruso sin problemas, cantábamos canciones, celebrábamos varios eventos en la Casa de Rusia.

Debido al conflicto en el este de Ucrania, que fue una consecuencia directa de la política agresiva de la OTAN, que representa una amenaza para la seguridad de la Federación de Rusia, la situación ha cambiado y ha afectado la vida de la diáspora, otrora unida.

Los compatriotas que viven en el extranjero se ven arrastrados en conflictos, luchas por motivos étnicos.  Una seria amenaza para un mayor desarrollo pacífico se cierne sobre el mundo ruso en el extranjero debido a la política rusofóbica de los países occidentales. Nuestros compatriotas reciben amenazas, insultos y la cultura rusa es presentada como fuente de maldad y agresión.

Comenzaron a demonizar la literatura clásica rusa y el ballet; a nuestros atletas no se les permite participar en campeonatos mundiales, aunque antes siempre se enfatizó que el deporte debe estar fuera de la política. Hay llamados a la demolición de monumentos a escritores, el rechazo de todo lo que es de alguna manera relacionado con nuestro país.

Los medios de comunicación y las redes sociales juegan un papel importante en esto, fomentando tales acciones, apoyando campañas obvias para demonizar a Rusia y al pueblo ruso, la exclusión de la cultura rusa y su historia. Tuvieron lugar estallidos de violencia y vandalismo contra los rusos por todo el mundo.

Es inconcebible la manifestación de cualquier acto de rusofobia, y considero inaceptable tal actitud hacia nuestros compatriotas y sus hijos.

Ninguna nación en el mundo merece discriminación.  ¡Ninguna! ¡Ni una sola persona puede ser objeto de persecución por motivos de nacionalidad! 

Insto al público a pensar en el propósito de la rusofobia y dejar de apoyar tales manifestaciones. El mundo necesita paz, y al seguir incitando a las luchas étnicas, es imposible llegar a un acuerdo y entendimiento mutuo.

También me gustaría hacer un llamamiento a los colegas de todo el mundo con una solicitud para tratar de preservar el mundo ruso en sus países y evitar una división en la diáspora rusa.  En este momento difícil, la unidad, el apoyo mutuo y el entendimiento entre nosotros, juegan un papel más decisivo que nunca.

*Presidenta del Consejo Coordinador de Organizaciones de Compatriotas Rusos en el Perú