Epidemióloga estadounidense afirma que fuga del COVID -19 es “altamente improbable”

Científica trabajó y Capacitó a investigadores en Wuhan

Shi, revisó los registros recolectados de murciélagos en varios años, tan pronto como la secuencia del virus, que causó el COVID-19, estuvo disponible y no encontró coincidencia alguna. Fuente: CGTN en español.

La epidemióloga de la Universidad de California en Davis, Jonna Mazet trabajó y capacitó a investigadores del Instituto de Virología de Wuhan,  sostuvo que el inicio de la pandemia del COVID-19 es “un accidente de laboratorio altamente improbable”,

La científica justifica esta teoría en cuatro razones:

1. Las muestras de laboratorio no coinciden con las del nuevo coronavirus. 

2. El laboratorio implementa protocolos de seguridad estrictos. 

3. El coronavirus es el último en una larga fila de brotes de enfermedades zoonóticas. 

4. La gente común tiene más probabilidades de contagiarse que los investigadores que usan protección.

Según los seguidores de las teorías de la conspiración afirmaron que el SARS-CoV-2, virus causante de la COVID-19 es el responsable de las 3,4 millones de infecciones en el mundo, que resumió por el Instituto de Virología de Wuhan (en inglés, WIV), ubicado en la ciudad donde se identificó la enfermedad por primera vez.

Cuando en el 2003 empezó el brote del SARS, los científicos comenzaron a rastrear su origen, con la recolección de muestras de murciélagos en casi toda China, con el fin de analizar y comparar la secuencia del genoma del virus.

El WIV, laboratorio considerado que posee bioseguridad de nivel 4 en el país asiático, ha realizado investigaciones sobre microbios infecciosos conocidos por el humano durante años; ha estado desarrollando medicamentos, estudios de vacunas y patogénesis como cuál era el origen y características generales de ciertos virus.

Esta versión se confirma con la publicación de un artículo de la revista ‘Science’,  publicado por el equipo en el 2013, donde se comprobó de manera fehaciente que la población de murciélagos serían los responsables de la propagación del SARS.

Cabe mencionar, que Jonna Mazet trabajó en el laboratorio a través de un programa iniciado por la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos. Al momento de hablar con Shi Zhengli, una de las investigadoras de este centro, afirmó que nunca había identificado el virus antes de su surgimiento.

Shi, sostuvo en una entrevista con Scientific American y  revisó los registros recolectados de murciélagos en varios años, tan pronto como la secuencia del virus, que causó el COVID-19, estuvo disponible y no encontró coincidencia alguna. De este modo, Mazet adicionó que Shi constituyó una base de datos de una manera segura y que la comunidad científica, es decir los miembros del programa puedan compartirla y publicar sus trabajos, con el propósito de divulgarlos al público.

En relación con las preocupaciones de los seguidores de las teorías conspirativas respecto a la seguridad, Mazet fue directa y dijo que no existen reproches al trabajo del WIV.

El WIV es considerado como el primer laboratorio con bioseguridad de nivel 4 de China, que realizó investigaciones sobre microbios infecciosos, conocidos por el humano durante años. Del mismo modo, ha desarrollado medicamentos, estudios de vacunas y patogénesis como el origen y características generales de ciertos virus.

Asimismo, estos tienen un alto nivel de bioseguridad y poseen instalaciones de protección sofisticadas y medidas estrictas para mantener la seguridad del personal que labora ahí y proteger del medio ambiente de contaminación. Todos los científicos están bajo extrema protección y todas las muestras son congeladas, desinfectadas y almacenadas en un área especial.

La tercera razón, refuta las afirmaciones que el coronavirus fue creado por humanos, lo que enfatiza que no es una fuga, sino un brote de una enfermedad zoológica infecciosa, que salta de especies animales a humanas, considerado muy común en la naturaleza.

Lo que confirma su tesis con respecto al brote del SARS en 2003, el ébola y la pandemia H1N1 entre los años 200- al 2010, la fiebre porcina, son enfermedades zoonóticas. 

Para finalizar, Mazet sugiere que la gente común es más susceptible a las enfermedades zoonóticas que los investigadores, dado que no utilizan equipamiento de protección.

Teorías de conspiración durante las epidemias

El brote del SARS durante el 2002 al 2003 se originó en un laboratorio, afirmaron científicos rusos. Durante la aparición del VIH/SIDA, a fines de 1970, algunos grupos políticos habían propuesto que el virus supuestamente fue creado por investigadores del gobierno.

Pese, que el nuevo coronavirus fue identificado primero en Wuhan, las teorías conspirativas sostienen que el virus no se habría originado en China.