El sitio arqueológico del Castillo de Huarmey, ubicado en la costa de Áncash, volvió a asombrar a los arqueólogos tras el hallazgo de una galería mortuoria con siete tumbas de artesanos de élite de la cultura Wari, el primer gran imperio de Sudamérica que dominó los Andes casi mil años antes que los incas.
Este descubrimiento, realizado en febrero pasado, sacia algunos de los interrogantes que abrió hace diez años el hallazgo, en este mismo complejo, de un mausoleo intacto con 58 mujeres de alta nobleza wari y ratifica el Castillo de Huarmey como un centro de producción y administrativo para las más altas élites del imperio.
Así lo asegura el responsable de la investigación, el arqueólogo polaco Milosz Giersz, quien destaca, entre las siete tumbas encontradas, la del primer hombre miembro de la élite wari, quien en vida fue un artesano, según revelan los ajuares de oro y plata con los que fue enterrado.
Señas de identidad
Su cuerpo, de unos 1,300 años de antigüedad, estaba envuelto en fardos y acompañado de posibles muestrarios de su trabajo y cientos de objetos propios del oficio de artesano cestero. Entre estos se encuentran herramientas de bronce, hachas, cuchillos y sierras, que seguramente usaba para elaborar sus cestos de caña, finamente decorados.
“No encontramos un hombre guerrero como pinta la iconografía, pero un hombre de élite que era artesano, un artista artesano y masculino y eso es la primera vez que se ve”, declara Giersz tras mencionar que ese hombre, de unos 40 años, podría haber cambiado su estatus social por ser un “profesional de gran nivel” o bien pertenecer a un linaje noble dedicado a esa labor.
Junto a él se encontraron los restos de otro hombre y tres niños y los contextos secundarios de dos mujeres, quienes podrían haber sido miembros de su familia. Todos ellos estaban sepultados en tumbas octogonales de ladrillos de adobe en el mausoleo que los arqueólogos han llamado “Galería de los artesanos de élite”. “Son miembros de élite y son artesanos seguramente adscritos a la corte real”, reitera el arqueólogo, quien comenta que su equipo está ahora en proceso de pedir permisos “para exportar muestras a mejores laboratorios del mundo para comparar los lazos familiares”, también con las 58 mujeres halladas en el 2012.