Esta enfermedad puede causar la muerte, por lo que el 22 de febrero de cada año se busca concientizar a la población mundial sobre esta afección, que muchas veces puede confundirse con otros malestares como la gripe y la meningitis, pues tienen síntomas similares.
La encefalitis consiste en una inflamación del cerebro, la cual tiene múltiples causas: la autoinmunitaria que se activa por las defensas del organismo sin la presencia de un agente invasor; las infecciones bacterianas o víricas, que provienen de parásitos, hongos o los virus Herpes de las garrapatas o de la viruela del mono; las picaduras de insectos, entre otras.
“Es posible que la encefalitis solo provoque signos y síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre o dolor de cabeza, o bien que no cause ningún síntoma. A veces, los síntomas parecidos a los de la gripe son más graves. También puede causar signos complicados como confusión, convulsiones o problemas sensoriales o motrices, como problemas de vista o de audición”, señalaron los especialistas de Mayo Clinic.
Existen dos tipos de encefalitis, que se diferencian debido a su origen. La encefalitis primaria que “ocurre cuando un virus u otro agente infecta directamente el cerebro. La infección puede concentrarse en una sola área o ser generalizada. La infección primaria puede ser una reactivación de un virus que había estado inactivo después de una enfermedad previa”, detallaron los mismos expertos.
En segundo lugar, la encefalitis secundaria, la cual es generada por una reacción defectuosa del sistema inmunitario: “En lugar de atacar solamente a las células que causan la infección, el sistema inmunitario también ataca, por error, a las células sanas del cerebro. También conocida como encefalitis posinfección, la encefalitis secundaria ocurre 2 o 3 semanas después de la infección inicial”, indicaron.
Por otro lado, en los diagnósticos, se tiende a confundir encefalitis con meningitis. En la primera, todo el cerebro es afectado, mientras que en la segunda es afectada únicamente la capa externa del órgano. El profesor Frank Erbguth, director médico de la unidad de neurología del Policlínico de Núremberg, explicó cómo evitar esta confusión.
“En el caso de infección de la meninge, no se ve deterioro de las funciones del cerebro, como por ejemplo alteraciones de la consciencia, sino que se producen dolores de cabeza, fiebre y tortícolis. A través de esos síntomas se intenta también reconocer la enfermedad. Cuanto más hacia el interior ingrese la infección, más afectado se verá el cerebro”.
Asimismo, otros síntomas de la encefalitis están relacionados con los cambios psíquicos y de carácter del paciente. El profesor Harald Prüß, que integra el Hospital Charité de Berlín y se especializa en encefalitis autoinmune, expuso que “en estos casos, los afectados de repente están encerrados en sí mismos. Los cambios psíquicos se observan en muchos pacientes. Algunos se deprimen, otros oyen voces o alucinan”.
Por consiguiente, el tratamiento de la encefalitis leve suele consistir en medicamentos antiinflamatorios para aliviar los dolores de cabeza y la fiebre, así como también en el reposo para recuperar fuerzas. Si la enfermedad es causada por un virus, el abordaje debe apuntar a medicamentos antivirales. Finalmente, si las pruebas muestran un origen autoinmunitario de la encefalitis, se puede comenzar un tratamiento con medicamentos inmunosupresores, como por ejemplo los esteroides.