Los investigadores de la NASA entre ellos la científica Sara Faggi que manejan el Telescopio Espacial James Webb (JWST) registraron el avistamiento de la luna congelada de Saturno, Encélado, expulsando una impresionante columna de vapor al espacio.
Las erupciones transparentes fueron descubiertas en 2005 por la sonda espacial Cassini de la NASA. En aquel entonces, la nave tuvo columnas de vapor que emergieron de extensas grietas en la luna conocida como «rayas de tigre».
Estas plumas tienen un tamaño comparable al diámetro de Encélado, que es aproximadamente de 505 km. Durante un breve período de 4,5 minutos, el Tele James Webb descubrió el penacho, pero fue tiempo suficiente para recopilar valiosos datos.
Así, aunque no es la primera vez que los científicos observan a Encélado arrojar estos chorros, esta vez la captura realizada por el JWST mostró que las plumas de vapor se disparan mucho más lejos en el espacio de lo que se creía anteriormente. De hecho, con la perspectiva más amplia y la mayor sensibilidad del nuevo telescopio se pudo apreciar que el chorro se extendió a una distancia muchas veces mayor que el ancho de la luna.
Asimismo, la astrónoma planetaria Sara Faggi en una conferencia en Baltimore declaró que “Es inmenso”, refiriéndose al chorro recientemente de Encélado.
El análisis de los chorros expulsados por Encélado ha revelado la presencia de diversos compuestos químicos como vapor de agua, partículas de hielo, sales, sílice, dióxido de carbono, amoníaco, metano y moléculas orgánicas. Estos componentes son necesarios para el desarrollo de la vida primitiva, lo cual ha llevado a algunos investigadores a plantear la posibilidad de que estos gases sean producidos por formas de vida en el interior de Encélado.
Según la científica planetaria de la Universidad Johns Hopkins, Shannon MacKenzie, afirma que “Es probable que los granos de hielo observados por la sonda Cassini en las cercanías de Encélado contengan altas concentraciones de partículas orgánicas”.
Finalmente, Encélado está completamente envuelto por una capa de hielo de agua de considerable espesor, sin embargo, se sospecha que debajo de esa corteza congelada se encuentra un extenso océano. En vista de esta situación, los científicos de la NASA están debatiendo posibles misiones futuras con el objetivo de buscar indicios de vida en esta luna.