Entrevista exclusiva a Hach Ahmed, líder del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP)
Hach Ahmed Baricalla es un legendario líder saharaui que busca, de manera pacífica, la reunificación de las familias que viven separadas más de 45 años y lograr el bienestar de su pueblo.
Ricardo Sánchez Serra
-¿Después de más de 45 años del conflicto en el Sahara, cómo describiría la situación política, económica y humanitaria actualmente en los campamentos de Tinduf?
Es una situación insostenible. Es lógico que sea así después de medio siglo de supervivencia en condiciones extremas.
-¿Si esta es la situación actual en Tinduf, que noticias tiene del Sahara Occidental según sus amigos que han dejado los campamentos y se fueron a Marruecos?
Ciertamente son condiciones distintas. No hay punto de comparación aunque sea tan sólo desde el punto de vista climático y las condiciones de vida. Lo que se echa de menos es una pronta solución que termine con la pesadilla y los traumas de la guerra y el exilio, reunifique a las familias y abra un período de tranquilidad y bienestar emocional.
MSP tiene visión más realista
– A Hach Ahmed se le conoce muy bien en América Latina donde ha bregado, y durante muchos años, por la causa saharaui; no obstante, y como se sabe, ha dejado de pertenecer al Polisario ¿Cuáles son los cambios de enfoque y apreciación al conflicto que tiene desde fuera de la cúpula del Frente?
Sí, nos esforzamos mucho por esta causa. Muchos saharauis han luchado y no pocos se quedaron en el camino, sin mencionar los casi cincuenta años de sufrimientos y penalidades de nuestra gente. Quizás las cosas habrían sido distintas y los daños y sacrificios mucho menores si no hubiese habido tantos errores por parte de la dirección política del Polisario. Su defecto principal ha sido, a mi modo de ver, su incapacidad innata de leer las circunstancias y contextos históricos. Quizá se deba a que nunca pudo desprenderse de la vieja mentalidad de tribu, de organización social arcaica.
La primera crisis surgió en 1988 provocando una lucha insensata y absurda por el poder y por consiguiente, una gran fractura en el liderazgo. El remedio fue peor; se institucionalizó el tribalismo como ideología del sistema y con ello comenzó el declive. El Polisario, hoy por hoy, representa un proyecto fallido, sin lugar a dudas. Es lógico que en estas condiciones surjan divisiones, insurrecciones y por último escisiones, como la que dio forma al Movimiento Saharauis por la Paz. Este último, como fenómeno político sin precedente, es la ruptura con el pasado, un intento de salvación de lo que aún es posible salvar. La idea es rectificar y frenar el viaje a ninguna parte en el que nos embarcamos, hacer prevalecer nuevos enfoques, visiones más realistas, especialmente en lo que respecta a la solución del problema.
-Según diferentes informes internacionales como el de OLAF de la Unión Europea existe un desvío casi sistemático de la ayuda humanitaria internacional en los campamentos de los cuales se beneficia la estructura militar de Argelia y la cúpula del Polisario, ¿Cómo cree que se puede combatir estos desvíos y a que se debe?
Soy consciente de muchos problemas y deficiencias de gestión, de hecho es lo que provocó mi dimisión en 2012 como responsable máximo de cooperación. Sin embargo, no puedo ignorar que es un tema sensible, muy delicado y no deseo que afecte los suministros a nuestros refugiados. La pandemia ha agravado aún más la situación y la población es más vulnerable.
Las libertades brillan por su ausencia
-Usted ha denunciado en diferentes foros los atropellos de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU acaba de establecer la responsabilidad de Argelia y del frente en el secuestro del disidente del Polisario Ahmed Khalil, ¿cuál es la situación de los discrepantes del Frente, de la oposición y de los encarcelados por motivos políticos en los campamentos? ¿Hay libertad de opinión y movimiento en Tinduf?
Actividad opositora en Rabuni es casi imposible. El trato recibido por los activistas Fadel Breica y Mulay Abba, en junio del año pasado, demostró que en los campamentos de Tinduf las libertades brillan por su ausencia y que el Polisario, cincuenta años después de su nacimiento, sigue siendo una organización totalitaria.
– El Movimiento “Saharauis por la Paz” (MSP) lo creó usted después de la Iniciativa Saharaui para el Cambio, hubo también, a principios de la década, otro movimiento opositor al Polisario llamada “Jat Achahid” (Camino del Mártir) ¿Cuál es la diferencia entre MSP y otros movimientos que se han quedado en el camino?
La diferencia es que el MSP surge como una nueva fuerza política que aspira a representar a no poca gente que ha dejado de creer en el Polisario. Los demás fueron intentos, más o menos tímidos, para reformar o cambiar desde dentro. Quedó demostrado que, el Polisario, sencillamente, es incorregible.
El Polisario y sus crímenes imperdonables
– El Polisario siempre ha calificado a todos los movimientos opositores como agentes de Marruecos, ¿qué le diría a los que alegan semejante afirmación?
A la dirección del Polisario siempre le ha acompañado una especie de psicosis conspirativa que le ha llevado a cometer errores graves, incluso crímenes. Y tiene su explicación: la mayoría de los dirigentes eran foráneos, naturales de Marruecos, Argelia y Mauritania, gente desconocida para la población del territorio, no tenían más que el nexo tribal con algunas familias y grupos del entonces Sahara Español. De ahí la inseguridad y el miedo a la conspiración. Se hizo común que cualquiera que osara protestar o mostrar una actitud contraria a la dirección política terminaba catalogado de “infiltrado”, “conspirador” o agente al “servicio” de potencias extranjeras. Cientos de personas inocentes fueron perseguidas y reprimidas brutalmente. Ahora nos toca a nosotros ser los villanos y malos de la película.
– Su movimiento es integrado por personalidades que lucharon contra el colonialismo español y por gente nueva. ¿Cómo ser alternativa de solución frente a un Polisario que tiene miles de pobladores bajo su feudalismo y donde la última palabra la tiene Argel?
Nuestro movimiento ha surgido en un contexto marcado por la falta de horizontes, la parálisis del proceso de paz, el cansancio de la población y pérdida de confianza en el liderazgo de un movimiento agotado y en su haber más errores que aciertos. Frente a un discurso radical y utópico desgastado, el MSP sostiene planteamientos pragmáticos y viables. A corto plazo nos contentamos con promover la solución pacífica y evitar que se pierda más tiempo. Si la Comunidad Internacional y los actores influyentes lo permiten, el MPS podría, desde luego, introducir un punto de inflexión en este largo proceso.
Campaña de intoxicación contra el MSP
– Hemos visto que ha enviado cartas a diferentes estamentos internacionales ¿Cómo está reaccionando la Comunidad Internacional ante el movimiento que dirige?
Hemos surgido en medio de la coyuntura de la pandemia. Aún así hemos hecho un gran despliegue para darnos a conocer y explicar los postulados y objetivos de nuestro proyecto. Hemos recibido señales alentadoras. No nos quejamos teniendo en cuenta la parálisis generalizada ocasionada por el covid-19.
– ¿Qué impacto ha tenido el MSP en los saharauis que viven en los campamentos de Tinduf?
Hubo una campaña de intoxicación muy intensa por parte de las autoridades del Polisario, para denigrar y desprestigiar al Movimiento. Pero a medida que se iba conociendo a través de las redes sociales, la gente empezó a entender y asumir la verdadera naturaleza del Movimiento.
– Según observadores internacionales independientes y los enviados del Secretario General de la ONU, Marruecos organizo, en el 2016, unas elecciones libres y transparentes, donde la mayor tasa de participación fue en las dos regiones del Sahara, ¿cree que el MSP tiene más encaje en unas elecciones parecidas o en elecciones dentro de los campamentos de Tinduf?
Es obvio que ni en las regiones del Sáhara Occidental donde hubo elecciones en 2016, ni en los campamentos de Tinduf donde el Polisario organiza sus elecciones sin adversarios, ni observadores, las condiciones son nulas para un encaje de nuestro movimiento. Hay muchas cosas que han de cambiar antes. Nuestra aspiración no es ganar una contienda electoral, sino la batalla por la paz, propiciar una salida honorable y digna que aporte calma, justicia y bienestar a nuestro pueblo.
– El Frente Polisario siempre ha manifestado que es el único representante de los saharauis, ¿cuál es la estrategia de MSP para que esté al mismo nivel de representación que el Frente y tener voz y voto?
El Frente Polisario nunca ha competido con otra fuerza política. Además, se autoproclama como único representante, simplemente porque surgió en la época de la retirada española del territorio. A causa de las peleas internas muchos cuadros, incluso altos cargos civiles y militares, lo abandonaron en las últimas décadas. En la actualidad la presencia del Polisario es fuerte solo en los campamentos de refugiados porque controla todo, desde el agua y las ayudas humanitarias hasta los permisos para circular. Nuestra estrategia consiste en implantarnos fuera de los campamentos, en el territorio y en la diáspora y prepararnos para el día después de la solución.
¡No a las armas!
– ¿Qué opina de la solicitud del censo de la población saharaui en los campamentos que pide la comunidad internacional a la ACNUR?
Nosotros nos estamos centrando en un escenario que pasa por el desmantelamiento de los campamentos y el retorno de los refugiados. Lo deseable es que el ACNUR dejara de estar presente y se le recordara como referencia de una pesadilla del pasado
– ¿Cree que Argelia es el único beneficiado de este conflicto y por eso no quiere un arreglo con Marruecos?
Lo que puedo afirmar, a ciencia cierta, es que los saharauis fueron los únicos perjudicados, maltratados y desafortunados.
– ¿Cuál es la solución en su opinión al conflicto del Sahara, la vuelta a las armas como amenazan muchos dirigentes del Frente, el statu quo que quiere Argelia, la iniciativa de autonomía que ha presentado Marruecos o hay otra solución que presentará el MSP?
La vuelta a las armas es un escenario, poco probable. Claro que hay y debe haber otra solución, la deseable, la única posible, la que, desde el MSP, creemos poder articular y defender. Estamos dispuestos a dejarnos la piel en el intento.