Por embajador Víctor García Toma
Representante Permanente del Perú ante las Naciones Unidas
A nombre de la República del Perú felicitamos a los organizadores de esta Cuarta Conferencia de Examen, por permitirnos intercambiar ideas sobre un tema de singular relevancia para preservar las potestades político-jurídicas de los estados dentro de sus territorios, así como en lo relativo a los compromisos asumidos respecto a la seguridad internacional.
Para escarnio de nuestros objetivos comunes, el tráfico de armas pequeñas y ligeras tienen hoy un execrable papel decisivo en el fomento de la violencia generalizada, los conflictos armados y los actos delictivos de carácter transnacional.
Es evidente que la falta de compromiso contra la lucha del comercio a usuarios no autorizados – claramente instalados al margen de la ley- devienen en fermentos de estos fenómenos con clara tendencia al alza a nivel global.
Ese es el escenario que nos presenta el tráfico ilícito y desvío de estas armas y municiones, pone en riesgo inminente la estabilidad política, económica y tranquilidad ciudadana. Mas aún atenta contra la soberanía, integridad territorial, la paz, el orden público y la seguridad.
La situación ha adquirido ribetes se suprema necesidad ya que, de no adoptarse medidas urgentes, pueden poner en peligro el ejercicio pleno de las funciones estatales de los países en desarrollo.
Dicho comercio irregular socava, además, las inversiones, el bienestar general, la actividad laboral, y genera impactos profundos y duraderos en la vida cotidiana de nuestros ciudadanos.
Ejemplos patentes de lo expuesto, puede encontrarse en distintos niveles, en países como Haití, Ecuador, México, Venezuela; y, por cierto en el Perú.
Señora presidenta,
La instauración del crimen organizado transnacional ha tomado asiento en los predios del narcotráfico, el terrorismo, el sicariato, la trata de personas, la minería ilegal, la destrucción del medio ambiente y la delincuencia callejera.
Es por ello que nos encontramos comprometidos a nivel global con la ejecución integral del Programa de Acción y del Instrumento Internacional de Localización de las Naciones Unidas. Nos hemos trazado metas nacionales para continuar con su implementación.
Contamos con medidas normativas para mejorar los controles de armas y municiones, por medio de licencias, registros, marcaje y rastreo.
Como ningún Estado puede enfrentar por sí solo este desafío, nuestras políticas nacionales para la prevención y combate deben tener una conexión con la actuación sinérgica de todas sus instituciones (policía, fiscalía, poder judicial, parlamento, municipios, etc.); auspiciar una amplia participación de la sociedad civil; y particularmente colocarlo como parte de la agenda de la política exterior.
A nivel bilateral, hemos establecido mecanismos de cooperación con Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador para combatir el tráfico ilícito de armas y municiones.
En lo regional, formamos parte de mecanismos en el ámbito andino y del MERCOSUR, y desarrollamos acciones en el marco de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (CIFTA).
En cuanto el ámbito andino, me gustaría enfatizar que, a principios de este año, en una sesión extraordinaria del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad Andina, mecanismo de integración que reúne a Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia, se adoptó el Plan de Acción Resolutivo para combatir el crimen trasnacional organizado en la subregión andina, que entre sus múltiples medidas, se encuentra el acápite relacionado a la cooperación reforzada contra el tráfico de armas.
En ese punto, hemos acordado fortalecer la implementación de los instrumentos internacionales diseñados para luchar contra el tráfico ilícito de armas, especialmente aquellas orientadas al establecimiento de acciones conjuntas, intercambio de información para el rastreo de armas, municiones y explosivos y cooperación judicial para procurar la recuperación de armas desviadas y la captura de los integrantes de las redes de tráficos.
Por ende, la cooperación y asistencia internacionales son cuestiones esenciales para la plena y efectiva implementación del Programa de Acción y del Instrumento Internacional de Localización.
Apoyamos toda iniciativa que permita reforzar dichos mecanismos, en especial la cooperación transfronteriza, para reducir los impactos devastadores de los flujos ilícitos de las armas y municiones.
La realidad desnuda nos advierte que, si este tema no lo solucionamos con celeridad, pues, pronto correremos el peligro, de que nuestras comunidades sean tomadas por estas organizaciones transnacionales.
Sería una cruel paradoja para la historia de nuestros pueblos, que siempre hemos luchado por la integración, que ésta nos llegue como acto de sometimiento, al servicio del crimen y no del bienestar general.
Alzamos la voz con denuedo, porque no aceptamos este estado de cosas, ya que pone en juego la continuidad de nuestras comunidades, la vida de nuestros conciudadanos y el futuro de las nuevas generaciones. No cabe, pues, aceptar la injuria del tiempo en cómplice contemplación.
Es señal de inteligencia y compromiso, el escuchar, actuar y persistir colegiadamente hasta la solución final a dicho flagelo.
*Intervención en CUARTA CONFERENCIA DE EXAMEN DEL PROGRAMA DE ACCIÓN PARA PREVENIR, COMBATIR Y ELIMINAR EL TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS PEQUEÑAS Y LIGERAS EN TODOS SUS ASPECTOS