El Papa denuncia la discriminación hacia los romaníes durante su visita a Eslovaquia

El Papa Francisco llega para celebrar misa en Presov, Eslovaquia. 14 septiembre 2021. (Foto: REUTERS/Remo Casilli)

«Se trata del primer viaje al extranjero del papa Francisco, desde su operación de colon a principios de julio. Hasta el momento se le ha visto en buen estado de salud.»

Durante su visita de este martes a Eslovaquia, el Papa Francisco denunció los prejuicios y la discriminación contra la población romaní de Europa, una de las comunidades más empobrecidas de dicho país.

Francisco se dirigió hacia el asentamiento de Lunik IX en las afueras de la segunda ciudad más grande de Eslovaquia, Kosice, en su penúltimo día en el país.

«No podemos reducir la realidad de los demás para que se adapte a nuestras propias ideas preempaquetadas; no se puede encasillar a la gente», expresó, con vistas a los desvencijados bloques de apartamentos de hormigón donde viven unas 4.300 personas junto al basurero de la ciudad.

«Con demasiada frecuencia han sido objeto de prejuicios y juicios duros, estereotipos discriminatorios, palabras y gestos difamatorios», precisó.

Se estima que hay aproximadamente 440 mil romaníes viviendo en Eslovaquia, la mayoría de ellos en la parte oriental del país de 5,5 millones. Este grupo, que emigró a Europa desde la India en el siglo X, se ha enfrentado durante mucho tiempo a la persecución, lo que condujo a que vivieran en la pobreza y la marginalidad.

En abril, Eslovaquia adoptó una estrategia para mejorar la situación de los romaníes para 2030 con un enfoque en el empleo, la educación, la atención médica y la vivienda.

«El juicio y los prejuicios solo aumentan las distancias. La hostilidad y las palabras bruscas no ayudan. Marginar a los demás no logra nada. Separarnos a nosotros mismos y a otras personas eventualmente conduce a la ira», resaltó el Papa argentino.

El padre Marian Deahos, que trabaja con romaníes en un pueblo cercano, dijo que los estereotipos dificultan la integración y la comunicación.

«El mayor problema es que todo el mundo piensa que los gitanos, los romaníes, son inferiores», indicó a un periodista.

«Todos piensan que roban, que no quieren trabajar. Todos piensan que deberían quedarse en un gueto como este y no ser parte de la sociedad entre nosotros», lamentó.

Por último, Francisco pidió a los gitanos que avancen «paso a paso, con trabajo honesto, con la dignidad de ganarse el pan de cada día».

L.P.C