Últimamente, hemos escuchado o leído sobre las llamadas criptomonedas (bitcoin), la trazabilidad de alimentos, transacciones NFT (activo digital certificado) y las compras públicas y muchos otros más. Y esto, claramente, pertenece a una de las últimas innovaciones digitales que terminan en un término que ha salido a relucir a raíz de estos cambios, como lo es el blockchain. Con esto, hay una infinidad de iniciativas que cada vez más se hacen presente en nuestro día a día, y de hecho, esto se ve inmerso en lo que se llama la Web 3.0.
¿A qué llamamos Web 3.0?
Pues, para poder entender dicho término, tenemos que saber cómo se dio el origen. Todo se suscitó con la web 1.0, en donde los navegadores apenas contaban con algunos sitios con textos e hipervínculos y los usuarios participaban como consumidores. Incluso, Internet, derivado de Arpanet (red de computadoras o red de agencias de proyectos de investigación), era un medio de intercambio de información. Luego, surge la web 2.0, que parte de una mejor interacción, donde se duplicó la producción de contenido, mediante redes sociales. Pero, aún se seguía empleando el protocolo HTTP, en torno a plataformas digitales como Google, Facebook y Amazon. Precisamente con esto, nace la web 3.0, que conlleva y ejerce un absoluto manejo de activos digitales de cada usuario, quienes utilizarán el denominado blockchain, como un sustituto a empresas intermediarias.
¿Qué es un blockchain?
De acuerdo a su denominación en inglés, refiere a que los datos son como bloques de información que se van uniendo y resulta en un tipo de cadena de un sinfín de pasos encriptados. Incluso, existe esa diferencia en que se emplean programas informáticos más elaborados y, por consiguiente, procesa mayor cantidad de información e interpreta mejor el contenido.
Esta transferencia de poder permite tener resultados directos como que la red mundial de internet sea más eficiente y que, se comprueba una mejora en las conexiones a través de dispositivos como tablets o celulares.
Con esto, a nuestro país aún le falta mucho para poder percibir esta brecha tecnológica, ya que apenas un 65,3% de la población tuvo acceso a Internet a inicios del presente año, de acuerdo a un informe del portal de estadística en línea alemana, Statista. Esto nos ubica en el puesto N° 23 entre los países de América Latina y el Caribe.
En contraste a ello, existe una propuesta interesante y prometedora como el uso del blockchain del portal Perú Compras con el proceso de adquisiciones públicas, que se implementó en abril de 2019 y que durante los años siguientes registró un historial de compras que tiene un estimado de ingresos por 400 millones de dólares.
A medida que se apueste por estas iniciativas vanguardistas, se puede demostrar un avance en el progreso de nuestro país que podría transformar nuestra situación actual hacia un futuro prometedor y seguro para todos. Todo está cambiando, la tecnología forma parte de nosotros a sobre manera, lo encontramos en todos lados. Diversas empresas emplean conexiones con videojuegos para poder captar una mejor percepción o interés de los usuarios con la realización de un mundo virtual que, de a poco, se está convirtiendo en una realidad constante.
B. R. P.