El mensaje de Dickens

Charles Dickens quiso enviar un mensaje potente sobre la situación del trabajo infantil en su país, y logró realiziar una obra tradicional de la navidad. (Fuente: Tu cuento favorito)

Luego de llegar a casa del colegio y de almorzar, y además de haber descansado por un momento haciendo una de sus actividades favoritas, Sebastián va a su escritorio y saca la agenda para revisar las tareas que tiene para el siguiente día o los próximos días de la semana.

Mientras va viendo los trabajos, se percata que entre las asignadas al  curso de comunicación se encuentra el leer un nuevo capítulo del libro de Plan Lector, “Un cuento de navidad”. Al abrir el libro en la página correspondiente, ve que la historia que sigue es la del fantasma de la navidades pasadas, el segundo espíritu que se le aparece a Ebenezer Scrooge para que cambie su actitud ante la navidad y ante la vida, luego de recibir la visita de su antiguo socio Jacob Marley, convertido en espectro, para que no sufra el destino que le tocó vivir.

Como siempre, él lee de manera mental y pausada lo que el libro le muestra. Lo hace porque debe responder unas preguntas que la profesora le deja junto con la lectura para recibir la nota de Plan Lector y aprobar el curso de comunicación del colegio en el que estudia: el colegio Antares.

Su fin es descubrir lo que hará el fantasma de las navidades pasadas, quien hace rememorar a Scrooge la razón por la que en la actualidad es un amargado y la razón por la que odia las épocas navideñas.

Según la historia, el fantasma, de un extraño aspecto de joven y viejo al mismo tiempo, como lo comenta el narrador cuando lo describe, además de la luz que emana de él, lo lleva a ver su infancia y juventud, mostrándole los hechos que, posiblemente, Scrooge haya querido borrar, como su tendencia a la soledad cuando estaba en la escuela, el rompimiento que tuvo con la que iba a ser su prometida, Belle,  por su amor al dinero y hacerlo escoger entre este y ella, y la manera en la que celebraban las fiestas navideñas en el lugar de trabajo de Fezziwig, donde él laboraba.

Luego de leer el capítulo y responder las preguntas, al día siguiente en el colegio nos reuníamos para compartir información y lo que entendíamos sobre la historia que habíamos leído el día anterior. Cuando hacíamos eso otros compañeros se acercaban para pedir ayuda o compartir información sobre las historias.

Hoy, al volverle a preguntar sobre la obra, me comenta que le “pareció un personaje imponente para asustar y hacer sentir mal así de fácil a una persona amargada como Scrooge”.

Al responder la pregunta, recuerdo a los compañeros de nuestro salón sentados en la escalera con nuestros libros y cuadernos en las piernas y comentando nuestras respuestas sobre las preguntas que la profesora había mandado para el Plan Lector.

Algo que nunca descubrimos fue que dentro de la historia el espíritu, aparte de mostrarle los recuerdos a Scrooge, también en ocasiones le ordena hacer algunos actos con voz de mando, como lo menciona la BBC en un pequeño estudio acerca del fantasma de las navidades pasadas, sobre el cual menciona que el fantasma tiene el control ya que los imperativos que utiliza son de obediencia por parte del que escucha.

Mientras conversamos, me doy cuenta que, en contraposición a mí, él recuerda más sobre el mensaje que le dejó la obra, pues sabe dejar más información sobre lo ocurrido. Sobre otra pregunta, comenta que para él es un texto que muestra el espíritu navideño, pero también “las relaciones tanto de amistad como familiar que uno debe valorar y que nunca es tarde para cambiar por una mejor vida”.

Sobre esto, John Sutherland,  en un escrito del 2014 titulado “The origins of A Christmas Carol” mencionó que “Dickens tenía cálidos recuerdos de las Navidades de su propia infancia y, ahora padre de una familia joven […], convirtió el evento anual en unas felices vacaciones. Las fiestas, los juegos y los dramas domésticos estaban a la orden de los “doce días de Navidad” en la casa de los Dickens de la década de 1840”.

Antes de despedirnos, le comento sobre el trabajo que debo hacer sobre el libro, pues me preguntaba la razón por la que luego de tantos años hablemos sobre una obra que habíamos leído en la primaria de nuestro colegio. Se anima un poco más y me dice que, aunque se deba retirar por algunas actividades que debe hacer, me responderá bien la última pregunta. Su respuesta fue que es un libro súper recomendado para todas las edades ya sea en Navidad como en cualquier mes del año.

Luego de un tiempo, recibo un mensaje en mi celular de parte de una migo con el cual no hablaba desde hace mucho. Es Mario, otro amigo del colegio con el que conversaba sobre las lecturas que teníamos en Plan Lector, aunque en su caso eso ocurrió más en la época de secundaria que en la de primaria. Luego de hablar sobre cómo nos iba, decidimos platicar sobre el libro de Charles Dickens.

A diferencia de Sebastián, él no se acercaba tanto para conversar sobre lo que vimos en el libro, pues él buscaba información por otras personas. En su respuesta, él también menciona que la lectura del libro “fue por un tema de que el colegio te daba asignaciones y esa era una de ellas con respecto al Plan Lector, y se tenía que cumplir porque había una nota que se debía registrar. Aparte, venían preguntas para el examen referidas al texto.”

Aunque no lo parezca, un texto hecho en 1843 sigue teniendo relevancia literaria en distintas partes del mundo, debido a que “nos muestra la manera en la que  la codicia, el egoísmo y el abandono. Utiliza la historia de un hombre rico, el sorprendentemente desagradable Scrooge, para resaltar la difícil situación de los afectados por la codicia y la mezquindad que ejemplifica”, según lo comentado por Chris Priestley en el 2015 en un artículo para The Guardian titulado “Ignorance and Want: why Charles Dickens’s A Christmas Carol is as relevant today as ever”.

Luego de conversar sobre otros temas por un tiempo, y que se fuera por unos minutos porque debía hacer una actividad, Mario comentó ante otra pregunta que el capítulo sobre el fantasma de las navidades pasadas le enseñó que las acciones que te suceden en el pasado no te deberían afectar, además de que no deberían repercutir en tu manera de ser actualmente.

También mencionó que ser un amargado de la vida por hechos del pasado no harán que tu vida mejore o empeore tanto para ti como para el resto. En cambio, te envenenas a ti mismo. En otro momento comentó acerca de la manera en la que pasaría navidad este año, mencionando que estaría en casa luego de trabajar duro por un largo tiempo en otra parte del país.

Luego de eso, recordó más sobre lo que le pareció el libro y dijo que, a pesar de que la trama de la segunda aparición del segundo fantasma, el que viene luego de Marley, se encuentra en la época navideña, no le parecía que representara algo de esa celebración, por la razón de que es más una retrospectiva del personaje de Scrooge y su pasado, el presente y el futuro. Además de que es algo relacionado, porque los fantasmas se le aparecieron justo en esa época, pero no es como para pensar que es algo navideño. Hay otros cuentos que son más navideños y más infantiles. Sobre esto último cabe mencionar lo que Louisa Price, quien es curadora del Museo Charles Dickens, respondió a una pregunta de un periodista de la BBC Mundo, diciendo que, ante el informe del gobierno de Inglaterra sobre el trabajo infantil, el autor se enojó y pensó en escribir algo que permitiera ver lo que estaba sucediendo, primero pensando en hacer un panfleto, pero finalmente decidiéndose por una historia. Técnicamente tiene razón sobre eso, aunque en parte.

Finalmente, y luego de comentar que debía realizar unas actividades dentro de un rato y que se debía retirar, respondió a la última pregunta, la cual consistió sobre si es un libro para cualquier persona para leer en épocas navideñas, a lo que Mario respondió que es un buen libro siempre y cuando quieras iniciar una historia corta, y siempre que quieras ver en la trama a un personaje que basa su forma de ser en la manera en la que ha vivido, y lo que le puede ocurrir si es que no cambia. También señaló que te enseña cosas.

Al final del día, las tres personas que conversamos sobre la obra recordamos una época que no habíamos tenido muy presente, a la par que rememoramos el libro que una vez leímos. Parece que sí nos hizo un milagro de navidad: el recordar la época en la que nos unimos más y comentar sobre una obra que creíamos ya no recordar en el presente. También resalta lo que puede haber dentro de una obra si es que conoces la historia de trasfondo de la misma. Un mensaje potente sobre la situación de su época maquillada por una historia de un avaro que se convierte en alguien más amable. Queda aprender sobre el cambio de Scrooge y lo que debería significar el libro para nosotros ahora, además de la vigencia de lo que el autor nos quiso decir sobre el trabajo infantil en nuestros tiempos. Que Dickens nos enseñe.