El cerebro es el órgano fundamental para el humano. Gracias a ella podemos hablar, pensar, sentir emociones, leer, redactar y aprender. La parte más grande de esta masa rugosa es la corteza cerebral, que tiene como función cubrir el cerebro y es el que nos brinda la posibilidad de desarrollar, innovar, crear y desarrollar nuestra personalidad.
Tras millones de años, la corteza cerebral de las personas ha venido evolucionando, tanto en tamaño como en inteligencia. Las diferentes mutaciones en el genoma de mamíferos primigenios es un ejemplo de la evolución. Algunas podían ocasionar cáncer y perjudicar a la persona, pero otras eran beneficiosas y fueron quedando en los genes de la gente.
Una investigación realizada por el Instituto de Neurociencias en Alicante ha hallado que la corteza cerebral se forma desde el embrión a partir de las células madre neurales, aumentando cada vez y desarrollando las neuronas. De esta manera, el gen MIR3607 genera la capacidad de que las células madre neurales se reproduzcan a cualquier tipo de especie y es necesario que siga activo para que nuestro cerebro tenga el tamaño adecuado para cada uno.
