El desafortunado encuentro entre César Vallejo y Pedro de Osma

César Vallejo alcanzó el reconocimiento internacional con obras como "Poemas humanos" escritos entre los años 1931 y 1937. Pedro de Osma y Pardo fue presidente de la Cámara de Diputados, alcalde de Barranco y alcalde de Lima.

Vallejo tuvo dos grandes amigos: Juan Espejo y Ernesto More ambos fueron también, poetas y periodistas. Ambos dieron a conocer una anécdota. Anécdota que fue una combinación entre lo trágico pero con un cierto aire de comicidad, protagonizada entre el poeta y el ilustre caballero barranquino don Pedro de Osma y Pardo.

De Osma, fundador del diario La Prensa, había sido también un prominente político perteneciente a las filas del Partido Demócrata, aquel partido liderado por don Nicolás de Piérola. Además, de Osma, era primo hermano nada menos que del ex Presidente de la República, don José Pardo y Barreda.

“Acababa [Vallejo] de llenar el formulario solicitando un libro en el pupitre que existía a la izquierda de la entrada del salón de lectura [de la Biblioteca] y, terminada esta primera gestión para obtener el libro que deseaba leer, se volvió bruscamente para dirigirse a la ventanilla”, cuenta.

“César al voltear se dio con él en forma violenta, descolgándole los lentes, derribándole el sombrero, el bastón que portaba y trastocando su grave y circunspecta figura en una ridícula postura de atropellado. César de inmediato le ofreció sus excusas. Pero el caballero, reaccionando colérico y agresivo, restaurándose en parte, al colocarse nuevamente los lentes y observarlo, reclamó su inopinada forma de comportarse en un lugar de cultura como una biblioteca de la capital”, añade la historia.

Vallejo, agrega la anécdota, profundamente mortificado de su involuntaria torpeza le expresó nuevamente sus satisfacciones. Pero el tal señor, tomando aún mayor aliento, continuó increpándole: “¿Usted sabe con quién está tratando? ¿Sabe usted por ventura quién soy yo?” César se mostró confundido. Y el señor ya iracundo le gritó: “¡Sepa usted que soy don Pedro de Osma!”.

Vallejo, finalmente reaccionando, con actitud respetuosa pero irónica le increpó: “Y yo qué culpa tengo, señor” … y se marchó.