Embajador Jose Luis Pérez Sánchez-Cerro (*)
Secretario General de la Comisión Permanente del Pacífico Sur
Los derechos de las mujeres y las niñas son derechos humanos que comprenden todos los aspectos de la vida, es decir la salud, la educación, la participación política, el bienestar económico, el no ser objeto de violencia y un largo etcétera. Su protección debe estar consagrada en leyes y políticas nacionales firmemente arraigadas en las normas internacionales de derechos humanos que aseguran a los hombres y a las mujeres, igualdad de derechos.
A 28 años de la Conferencia de Beijing, la Declaración y la Plataforma de acción de Beijing es el producto de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995, es el plan más progresista que jamás había existido para promover los derechos de la mujer. En ella se confirmó que la protección y promoción de los derechos humanos es la primera responsabilidad de los gobiernos que tienen la responsabilidad de cumplir los compromisos asumidos. Ello va en concordancia con la Carta de las Naciones Unidas, que garantiza la igualdad de derechos de mujeres y hombres en todos los principales instrumentos internacionales en materia de derechos humanos y que estipulan que se debe poner fin a la discriminación por razones de sexo.
A pesar de que casi todos los países han ratificado la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), sin embargo, en la actualidad todavía existen importantes brechas y violaciones de derechos contra la mujer en todas las regiones del mundo. El progreso ha sido demasiado lento, especialmente para las mujeres y las niñas. En muchos países sigue habiendo discriminación en las leyes. Las mujeres no participan en la política en las mismas condiciones que los hombres y enfrentan una discriminación flagrante en los mercados de trabajo y en el acceso a los bienes económicos.
Sin embargo, nunca tantas mujeres habían ocupado cargos políticos y contado con protección jurídica contra la violencia de género y el amparo de constituciones que garantizan la igualdad de género. En la actualidad se comprenden y defienden mejor los derechos humanos de las mujeres y las niñas, pero todavía es necesario que estos se vuelvan una realidad para ellas.
Las Naciones Unidas han organizado cuatro conferencias mundiales sobre la mujer. Estas se celebraron en Ciudad de México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995). A esta última siguió una serie de exámenes quinquenales y tuvieron como objetivos avanzar en los derechos de las mujeres acordando objetivos comunes y marcó un importante punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género.
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada de forma unánime por 189 países, constituye un programa en favor del empoderamiento de la mujer y, en su elaboración, se tuvo en cuenta el documento clave de política mundial sobre igualdad de género tratando de alcanzar acuerdos entre las naciones sobre políticas tendientes a sortear los obstáculos que encuentran los derechos de las mujeres en distintos ámbitos de la vida, tanto económica y social como civil, política y educativa.
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, reunida en Beijing del 4 al 15 de septiembre de 1995, aprobó la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y recomendó a la Asamblea General de las Naciones Unidas, que haga suya la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing en la forma aprobada por la Conferencia. En 2020 al conmemorase 25 años de la Plataforma de acción de Beijing, se adoptó una resolución histórica constituyéndose así la plataforma en un referente de los derechos humanos y en el plan más completo desarrollado hasta la fecha sobre el empoderamiento femenino.
En los años subsiguientes, el mundo ha presenciado un enorme progreso: la cifra de mujeres en el mercado laboral ha aumentado; existe mayor paridad de género en la escolarización a nivel de primaria; el índice de mortalidad materna ha descendido en casi un 50 por ciento y hay más mujeres que ocupan puestos de liderazgo.
Sin embargo, al mundo todavía queda lejos la visión que planteaba Beijing. Aproximadamente 1 de cada 3 mujeres de todo el mundo, sufrirá violencia física y/o sexual en algún momento de su vida. A nivel mundial, menos de una cuarta parte de los miembros de los parlamentos son mujeres. En más de 50 países no existe protección jurídica para las mujeres contra la violencia doméstica. Aproximadamente 1 de cada 3 mujeres casadas de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años, se casó siendo niña. En muchas partes del mundo, las mujeres y las niñas no pueden tomar decisiones sobre sus asuntos más personales: sexualidad, matrimonio, descendencia. Las mujeres y las niñas que optan por tomar sus propias decisiones siguen siendo asesinadas o incluso apoyadas por sus propias familias en la deshonrosa práctica de los asesinatos llamados de honor. En todas nuestras sociedades siguen existiendo estereotipos basados en la inferioridad de las mujeres que a menudo las denigran, humillan y sexualizan.
El CEDAW (Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer) es el órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; es la única convención jurídica para proteger y promover los derechos de las mujeres en el mundo.
El principio de igual remuneración por igual trabajo o por trabajo de igual valor, se incluyó en la constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hace muchos años.
En el Perú, las mujeres han ido ganando terreno en la política peruana pero aún existen espacios llenos de barreras. La Revolución de Túpac Amaru y Micaela Bastidas de 1780, fue la respuesta de mayor violencia contra el régimen colonial impuesto en toda América.
Aunque parezca increíble, las mujeres en el Perú no tenían derecho a voto; simplemente no participaban en las elecciones. Luego de intensas movilizaciones y múltiples reclamos, en contra de quienes pedían que las cosas no cambiaran, el derecho al sufragio de las mujeres les fue reconocido en 1955, con lo que pudieron participar en las elecciones generales del siguiente año. Para el Perú, los derechos de las mujeres se hallan expresados en la Declaración Universal de Derechos Humanos Art. 21; en la Declaración de Viena sobre Derechos Humanos, en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, Párrafo 135.
Aunque ha habido avances notables, aun no se puede hablar de que las mujeres y las niñas crezcan con igualdad de oportunidades porque no se ha logrado la plena igualdad en ningún país del mundo. Las mujeres y las niñas siguen siendo infravaloradas, aunque la brecha educativa se ha reducido; según Naciones Unidas, ganan un 23 por ciento menos que los hombres y ha reconocido que ningún país en el mundo ha logrado la igualdad de género.
Durante su presidencia, Fujimori llevó a cabo un programa de esterilizaciones forzadas contra los quechuas indígenas y las mujeres aimaras, bajo el disfraz de un plan de salud pública.
En nuestro país se ha ratificado el Convenio de Financiación para el Proyecto “Violencia contra las Mujeres: Fortalecer la Prevención y la Justicia” firmado por la Unión Europea el 27 de noviembre de 2020 y por la República del Perú el 13 de enero de 2021 que, se espera, ayudará a lucha por la igualdad.
(*) Doctorado en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas por la Universidad Externado de Colombia; Doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela; Magister en Relaciones Internacionales y Diplomacia con mención en Derecho de los Tratados por la Academia Diplomática del Perú. Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. Secretario General de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (Ecuador); Embajador del Perú en Argentina; Embajador del Perú en la República Federal de Alemania; Embajador del Perú en el Reino de España; Embajador del Perú el Principado de Andorra; Embajador del Perú en la República de Colombia. Viceministro de la Presidencia y de Relaciones Exteriores