El cambio climático afecta a los alérgicos: los científicos anticipan temporadas de polen más largas

El polen contiene el material genético masculino para la reproducción de una planta. La cantidad que se produce depende de cómo crece la planta (Getty).

Investigadores de la Universidad de Michigan, EEUU, estimaron que habrá un aumento significativo del polen por dos meses más que lo habitual. Qué papel juegan las altas temperaturas

Un reciente estudio encontró que EEUU se enfrentará a un aumento del 200 % en el total de polen este siglo si el mundo continúa produciendo emisiones de dióxido de carbono de vehículos, centrales eléctricas y otras fuentes a un ritmo elevado. La temporada de polen en general comenzará hasta 40 días antes en la primavera y durará hasta 19 días más que lo habitual.

“Estudiamos cómo la atmósfera y el clima afectan a los árboles y las plantas. Si bien la mayoría de los estudios se enfocan en el polen en general, nos enfocamos en más de una docena de tipos diferentes de pastos y árboles y cómo su polen afectará las regiones de EEUU de diferentes maneras”, explicó Yingxiao Zhang, especialista del Departamento de Ciencias e Ingeniería del Clima y el Espacio de la Universidad de Michigan y primera autora del documento que se acaba de publicar en la revista científica Nature.

Los investigadores encontraron que, por ejemplo, especies como el roble y el ciprés le darán al noreste el mayor aumento de su presencia en el país, pero los alérgenos aumentarán en casi todas partes, con consecuencias para la salud humana y la economía.

Los científicos, además de alertar sobre el suceso, están preocupados de poder establecer un calendario más certero que permita, al menos, saber de antemano cuándo llegarán las olas de polen. “Estamos trabajando en el uso del modelo de este estudio para desarrollar pronósticos locales de polen más precisos”, dijo la investigadora.

El polen, los granos similares al polvo producidos por los pastos y las plantas, contiene el material genético masculino para la reproducción de una planta. La cantidad que se produce depende de cómo crece la planta. El aumento de las temperaturas globales impulsará el crecimiento de las plantas en muchas áreas y eso, a su vez, afectará la producción de polen. Pero la temperatura es sólo una parte de la ecuación. “Descubrimos que el mayor impulsor del futuro aumento del polen será el incremento de las emisiones de dióxido de carbono”, dice Yingxiao.

El aumento de las temperaturas globales impulsará el crecimiento de las plantas en muchas áreas y eso, a su vez, afectará la producción de polen (EFE/Marcial Guillén/Archivo)

La temperatura más alta extenderá la temporada de crecimiento, dando a la flora más tiempo para emitir polen y reproducirse. Mientras tanto, el dióxido de carbono alimenta la fotosíntesis, por lo que las plantas pueden crecer y producir más polen. Los especialistas encontraron que los niveles de dióxido de carbono pueden tener un impacto mucho mayor en los aumentos de polen que la temperatura en el futuro.

La cadencia volátil

Los especialistas observaron 15 tipos de polen diferentes, en lugar de tratar todo el polen de la misma manera que muchos estudios anteriores. Por lo general, la polinización comienza con árboles frondosos de hoja caduca a fines del invierno y la primavera. En EEUU, el aliso, el abedul y el roble son los tres principales árboles de hoja caduca que causan alergias, aunque hay otros, como la morera. Luego salen los pastos en el verano, seguidos por la ambrosía a fines de esa temporada. En el sureste, los árboles de hoja perenne como el cedro de montaña y el enebro (de la familia de los cipreses) comienzan en enero. De hecho, en Texas, la fiebre del cedro es el equivalente a la fiebre del heno.

“Descubrimos que en el noreste, las temporadas de polen para muchos árboles alergénicos se superpondrán cada vez más a medida que aumenten las temperaturas y las emisiones de dióxido de carbono. Por ejemplo, antes los robles liberaban polen primero y luego los abedules polinizaban. Ahora vemos más superposición de sus temporadas de polen”, dijeron los investigadores.

Según las predicciones de este estudio, prevén que, en general, la temporada de polen cambiará más en el norte que en el sur de los Estados Unidos, debido a los mayores aumentos de temperatura en las áreas del norte. Las regiones del sureste, incluidas Florida, Georgia y Carolina del Sur, pueden esperar grandes aumentos de polen de hierba y malezas en el futuro, según predice el documento. Es probable que el noroeste del Pacífico vea la temporada máxima de polen un mes antes debido a la temporada temprana del aliso.

“Descubrimos que en el noreste, las temporadas de polen para muchos árboles alergénicos se superpondrán cada vez más a medida que aumenten las temperaturas y las emisiones de dióxido de carbono», dijeron los investigadores (Foto: Pixabay)

La mayoría de los pronósticos de polen en este momento brindan una estimación muy amplia. Parte del problema es que no hay muchas estaciones de observación para el conteo de polen. La mayoría están a cargo de clínicas de alergia, y hay menos de 100 de estas estaciones distribuidas por todo el país. “Es un proceso muy laborioso medir diferentes tipos de polen -indicó Yingxiao-. Como resultado, los pronósticos actuales tienen muchas incertidumbres. Es probable que estos se basen en parte en lo que una estación ha observado en el pasado y en el pronóstico del tiempo. Nuestro modelo, si se integra en un marco de pronóstico, podría proporcionar pronósticos de polen más específicos en todo el país”.

Los estudiosos de este documento consideran que es posible estimar dónde están los árboles a partir de datos satelitales y estudios sobre el terreno. También saben cómo influye la temperatura cuando sale el polen, lo que llaman la fenología del polen. Con esa información, pueden usar factores meteorológicos como el viento, la humedad relativa y la precipitación para determinar cuánto polen llega al aire, y los modelos atmosféricos pueden mostrar cómo se mueve y sopla, para crear un pronóstico en tiempo real. Toda esa información permite ver dónde podría estar el polen en el espacio y el tiempo, de modo que las personas que padecen alergias sepan lo que sucede en su área.

Todavía hay algunas incógnitas en lo que respecta a las proyecciones de polen a largo plazo. Por ejemplo, los científicos no entienden completamente por qué las plantas producen más polen en algunos años que en otros. No hay una buena manera de incluir eso en los modelos. Tampoco está del todo claro cómo responderán las plantas si los niveles de dióxido de carbono se disparan, además los árboles residenciales también son difíciles de capturar. Hay muy pocas encuestas de ambrosía que muestren dónde crecen estas plantas en EEUU, pero eso se puede mejorar.