«El buque escuela BAP Unión representa lo mejor de la nación peruana»

Mensaje del canciller del Perú, con motivo de la visita del B.A.P. UNIÓN a Miami.

Por Javier González Olaechea F.

Ministro de Relaciones Exteriores del Perú

Miami. Como Canciller del Perú, me resulta realmente abrumador tomar la palabra cuando la noble embarcación que vemos acoderada es la elocuencia misma.

La vuelta al mundo del B.A.P. Unión constituye un hito en nuestra historia naval, un momento de orgullo nacional y una ocasión de justo reconocimiento a una hermosa singladura que llega a puerto en Miami en virtud de la feliz iniciativa de la Marina Peruana reforzando nuestras relaciones con la comunidad local.

Este buque representa lo mejor de la nación peruana; está coronado por el esplendoroso sol del Perú en el soberbio mascarón de proa interpretando, a su vez, nuestra tradición prehispánica cuando el inca Túpac Yupanqui exploró el Pacífico.

Su nombre Unión evoca el lema “Firme y feliz por la Unión” que encontramos en nuestro escudo nacional como símbolo de nuestra identidad.

Este buque escuela también honra a la Corbeta Unión, navío que formó parte de la escuadra comandada por el Caballero de los Mares, el inmenso Don Miguel Grau Seminario y cuyo mástil se encuentra en la Escuela Naval del Perú al que diariamente nuestros cadetes le rinden honores izando en él nuestro pabellón nacional.

Por ello y en varios sentidos el velero Unión constituye una lección de unidad nacional en torno a un alto propósito que trasciende las individualidades y posterga las diferencias acogiendo a bordo a nuestros connacionales que habiendo traído sus sueños a esta tierra no han podido ni jamás podrán dejar de añorar la suya.

Distinguidos todos, recordar es vital para mantener vivas nuestras identidades y tradiciones; y honrarlas nos hace mejores peruanos.

Gracias a su visión de Estado y a la prosperidad del guano, el presidente Don Ramón Castilla a mediados del siglo XIX le encargó al Capitán de Navío Don Domingo Valle Riestra que supervisara la construcción en Inglaterra de nuestra primera fragata, un buque de vapor con propulsión a hélice. El buque fue bautizado Amazonas en razón del más caudaloso y extenso rio del mundo que, naciendo en las faldas del nevado arequipeño Quehuisha, sus aguas recorren Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela hasta orillarse en el atlántico brasileño.

Entonces, la fragata Amazonas se convirtió en el primer buque de guerra de América Latina en circunnavegar el globo terrestre entre 1856 y 1858. Dados los numerosos desafíos, contratiempos y tragedias durante su larga travesía de diecinueve meses -como por ejemplo estar varado sin poder encontrar muelle en Hong Kong a causa de la conocida como segunda guerra del Opio o perder vidas por la fiebre amarilla entre otros motivos- el Amazonas emergió entonces como el símbolo de determinación, resistencia, destreza, valentía y de unidad de nuestros marinos de siempre.

Esta noche, pienso en los sueños de muchos peruanos, de tantos marinos que -algunos aquí residentes- tuvieron que arropar por luengos días sus deseos por cuanto nuestra Marina tuvo que postergar un viejo anhelo; el contar con un moderno buque de vela que sirviera para la instrucción de nuestros cadetes.

La expectativa y ánimo que generó la armadura de esta nave es un testimonio vital de lo que Jorge Basadre llamó la Promesa de la Vida Peruana porque en sus cuatro mástiles encontramos el espíritu de nuestro mayor héroe naval -acaso republicano e indiscutible precursor del derecho internacional humanitario- inspirando a las futuras generaciones de oficiales y suboficiales.

En 1985 el gobierno peruano declaró de necesidad pública y de interés nacional contar con un buque de estas características. Sin embargo, debido a la crisis económica de los años siguientes, la construcción del Unión fue continuamente aplazada hasta que en el 2012 el gobierno le encargó al astillero naval del SIMA la construcción del Unión.

En ese mismo año, el día en el que todos nos acuclillamos ante la Virgen, el 8 de diciembre, colocamos la quilla y dos años después este majestuoso buque escuela fue botado al mar.

Pero como los tiempos de Dios son los tiempos de Dios, hoy nos congregamos para testimoniar que los porfiados y amantes del Perú podemos sentirnos con justicia, recompensados.

También sepamos todos que esta belleza ha sido catalogada como el buque escuela más grande del continente americano y que sólo lo supera en el mundo el STS Sedov de Rusia.

Nuestra embajada naval zarpó del Callao y ha acoderado en Tahití, Guam, Tokio, Busán, Singapur, Shangay, Bombay y Mumbai. Atravesando el Mar Rojo y el Canal de Suez prosiguió a Taranto, Civitavecchia, La Spezzia, El Pireo, Toulin, Málaga, Baltimore y ahora la tenemos con nosotros. Rumbo al emblemático puerto del Callao, se detendrá Kingston, Curazao, atravesará el Canal de Panamá parando en Balboa y después de haber navegado más de 300 días, regresará a casa habiendo deslumbrado a más de 70,000 visitantes con sus 34 hermosas velas.

La actual travesía alrededor del mundo conmemora la del Amazonas y comprende el noble arte de enfrentar la dureza del mar, dominar el viento y las olas en demanda del puerto de destino; lo que deviene en una experiencia marinera irreproducible ya que genera un conocimiento privilegiado de la meteorología, de la astronomía, de la navegación y de las potencialidades y de los límites del ser humano permitiendo a sus tripulantes conocer otras civilizaciones, apreciar su hondura, su belleza y su trascendencia.

Cada puerto ha sido, en adición, una privilegiada oportunidad para dar más a conocer al mundo acerca de nuestras bondades y oportunidades, así como una ocasión para fortalecer los lazos navales, culturales, diplomáticos y comerciales en las naciones visitadas.

Así, el viaje de instrucción de nuestro buque escuela es mucho más que una travesía marítima, es un testimonio de nuestro compromiso con la promoción de la paz, la cooperación y el entendimiento mutuo.

Como peruano no hay día en que deje de sentir una inmensa gratitud y admiración a los hombres y mujeres que eligieron y elijen servir a la patria y a sus conciudadanos en la defensa de nuestros intereses y compromisos con la exigencia, el rigor académico y la disciplina de la vida militar.

En la gloriosa memoria de nuestra Marina, el norte, el ejemplo y el sacrificio de Grau, de Benel, de Fanning, de Guise deben perennizarse en nuestras memorias como ejemplo de abnegada entrega.

Finalmente, agradecimiento a todas las autoridades presentes por su hospitalidad en esta fiesta naval, en nombre del Gobierno del Perú, deseo expresar mi más comprometido y sentido reconocimiento al Señor Comandante General de la Marina Almirante Don Luis Polar Figari, al Señor Jefe del Estado Mayor de la Marina Vicealmirante Don Ernesto Colunge Pinto, al Señor Comandante del BAP Unión,Capitán de Navío Don José Arce Corso y a todos y a cada uno de los tripulantes.

En el B.A.P. Unión también navegan dos jóvenes diplomáticos de la Cancillería que me honro en dirigir -nuestra mundialmente reconocida Torre Tagle- personal de la Fuerza Aérea del Perú, de la Policía Nacional del Perú y oficiales argentinos, chilenos, colombianos, ecuatorianos y panameños.

Festejemos esta noche patria convocados por la vocación de unidad en libertad.

¡Viva el Unión, Viva nuestra Marina y viva el Perú!