El anhelado futuro prometedor del Perú, depende del sufragio racional

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista: Reg.: -N°. -4654-


Oficializado en su momento el inicio de la campaña electoral para las elecciones generales de 2026, por el Jurado Nacional de Elecciones, JNE, generaría evidentes desórdenes violentos, por los “partidos o movimientos” en el escenario político. Irónicamente en honor, o a la par del parque automotor atascado por nuestra hiper centralizada capital, Limeña, y sus 43 distritos.

Sin atisbo de duda, los 43 partidos políticos inscritos en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del JNE, van a recurrir a ejecutar la famosa paráfrasis: “El fin justifica los medios” del príncipe, Nicolás Maquiavelo; que significa que, si un objetivo es moralmente importante, cualquier método para alcanzarlo es aceptable.

El panorama coyuntural Político en nuestra sociedad, arraiga hace décadas una precaria cultura política, que, cada cinco años el electorado tropieza con la misma figura que desnaturaliza el progreso económico del país. El cual permite que la corrupción crezca, y diluya vertiginosamente en todos los poderes del Estado, por ende, en instituciones que deberían ser un referente y defensa para el ciudadano de a pie.

Señores lectores, la ansiada pretensión de “institucionalizar”, que el Perú se convierta en un estado paupérrimo, alejados de sus valores éticos y morales, por falsos políticos que vienen incansablemente laborando para las elecciones de 2026, con el fin de insertarse, perversamente y sin desenfreno alguno, posicionarse como un país narco estado, como también la veloz vertiginosa de la minería ilegal, el lavado de activos u otros delitos que aprisionan y menoscaban a la mayoría de profesionales que ocupan altos cargos en entes importantes del estado, y lo más deplorable y funesto que la mayoría de estos “señores de corbatas” se convierten en cómplices infalibles.

El contexto coyuntural político de las elecciones de 2026, se convertirá en una atmósfera virolenta, agresiva, y bruta; sin precedentes en la historia republicana del Perú. En este marco de circunstancias, me atrevería vaticinar lo despiadado, e inhumano que se llevarían las elecciones generales. El escenario político se presta para ello. Hay que resaltar, existe evidencias que la mayoría de los congresistas son serviles de estas organizaciones criminales, del mismo modo, los fiscales, jueces, (obviamente, hay excepciones) Todo indica que hay indicios notorios e irrebatibles. Más claro, el agua. Sin embargo, el Perú es más grande que sus problemas, y abrigamos la esperanza sensata, prudente de compatriotas de buena fe que, elijamos, o votemos en las elecciones generales de 2026 con la -razón-. No, nos merecemos vivir en un país miserable por algunos cicateros repudiables que hacen daño a nuestra economía, motor fundamental para el progreso. Recuerden que, nuestro Perú, es un país rico en recursos naturales; llámese, minería, pesquería, agricultura. También disponemos, de Costa, Sierra y selva.