El 6 de junio votarán 93 millones de mexicanos en la elección más grande de la historia de México. La votación contemplará la renovación más de 20 mil cargos entre senadurías, gobernadurías, diputaciones federales y presidencias municipales como producto de la reforma electoral de 2014.
Los resultados de este evento podrían tener un impacto significativo en la dirección que tome la segunda mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México.
La Cámara de Diputados ha sido un elemento determinante desde su ascenso al poder en 2018. Con una mayoría contundente de 256 escaños, el presidente pudo impulsar su visión de la “Cuarta Transformación” sin tener que negociar con la oposición, marcando el ritmo de cambios que se comparan con hitos históricos de México.
Para Alfredo Fernández de Lara, experto en Políticas Públicas de FLACSO México, esta jornada se convierte en un referendo sobre el apoyo al presidente López Obrador por parte de la ciudadanía.
En contraposición a los interés del gobierno se creo una coalición de partidos de oposición constituídos por el Partido Revolucionario Institucional(PRI), Partido de Acción Nacional (PAN) el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El bloque legislativo cuestiona la no separación de poderes y la falta equilibrio de poderes, así como el menosprecio a los órganos autónomos por parte del Gobierno. Definiéndose como la única opción frente a Morena, se comprometen a asegurar una gobernabilidad democrática y una Cámara de Diputados que no respalde cambios constitucionales basados en los caprichos del Ejecutivo.
Las elecciones, con más de 162,000 centros de votación, se anticipan como un momento crucial para definir el rumbo político de la nación. Los resultados, posiblemente revelados hasta dos días después de los comicios, podrían reconfigurar la dinámica de poder y marcar un hito en el equilibrio entre las fuerzas políticas en México.