Las tres películas que protagonizó como Marty McFly de Regreso al futuro (1985-1990) le dieron la fama para siempre. También lo hicieron millonario antes de los 29, la fatídica edad a la que le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson. A los 29 años, las tres películas que protagonizó como Marty McFly de Volver al futuro (1985-1990) le habían dado una fama eterna, además de una abultada cuenta bancaria.
Cuando se tomaba un recreo para mirará por un ratito hacia atrás, se reencontraba con sus tres Emmys y un Golden Globe, que conquistó también como el lobizón que surfeaba en una van en Muchacho lobo (1985) y el humilde y ambicioso empleado de El secreto de mi éxito (1987).
El muchacho nacido en la ciudad canadiense de Alberta estaba en la cumbre de su carrera y su vida familiar bordeaba el mundo ideal. Nada podía fallar.
El actor Michael J. Fox cumple hoy 60 años convertido en un ejemplo de lucha y coraje. Retirado de la actuación, vive con su esposa Tracy Pollan, el amor de su vida. “Me lo estoy pasando muy bien. La gente no me cree, pero amo la vida. Amo estar con mi familia. Me encanta estar con Tracy. Ella realmente me ayuda a superar todo. Me encanta no hacer muchas cosas inútiles que solía hacer, porque no tengo la energía ni el tiempo”, ha declarado en una entrevista reciente.
Retirado de la actuación, vive con su esposa, Tracy, pues sus cuatro hijos ya han abandonado el nido.
En los años ochenta, las fotos de Michael J. Fox inundaban las carpetas del colegio y las paredes de las habitaciones de miles de adolescentes fascinadas por ese joven y prometedor actor. Pero todo se derrumbó con el temido diagnóstico. El golpe fue tan duro e inesperado que se refugió en el alcohol. “Me fui aislando de mi familia”, recordó en alguna entrevista el actor, que también guardó en su memoria la noche de 1992 en la que regresó a su hogar en tal estado que ni siquiera atinó a llegar a su cama, para derrumbarse. Apenas si logró caer sobre un sillón, donde a la mañana siguiente lo encontró el amor de su vida, Tracy Pollan.
“Miré lentamente a mi mujer de los pies a la cabeza esperando encontrarla realmente enojada, pero no lo estaba. Estaba aburrida”, reveló Fox más adelante que le preguntó su esposa desde 1988, quien además le preguntó si era esa lo que quería para él. Santo remedio. “Me di cuenta que podía seguir adelante”, admitió.
A partir de entonces, el activismo para dar con la cura del Parkinson y también para buena parte de las investigaciones que contribuirán a mejorar la calidad de vida de muchísimos pacientes más allá de los Estados Unidos se convirtió en uno de los focos en la vida de Michael J. Fox, que institucionalizó con la creación, en el 2000, de la Michael J. Fox Foundation for Parkinson’s Research.
Durante los siguientes 30 años no se rindió. Siguió interpretando, aunque en papeles menores en series de televisión como Boston Legal , The good wife, The good fight y Scrubs . Pero el pasado mes de noviembre anunció que se retiraba definitivamente de la interpretación porque había perdido la memoria a corto plazo y ya no puede memorizar los guiones. A pesar de que su deterioro físico y cognitivo le impide dibujar o tocar la guitarra, dos de sus grandes aficiones, el actor ha sabido canalizar su talento y se dedica a escribir. Su cuarto libro, la biografía No Time Like The Future , donde cuenta los retos a los que se ha tenido que enfrentar a causa del Parkinson, se ha convertido en un éxito de ventas.
Pero la vida le deparaba otra desagradable sorpresa. En el año 2018 le fue diagnosticado un tumor en la medula espinal que le impedía caminar, lo que él llama “el momento más oscuro” de su vida y por el que estuvo a punto de perder la esperanza de vivir. Fue intervenido en una arriesgada cirugía que, afortunadamente, salió bien.
Superada su etapa turbia, el actor recuperó su optimismo innato. “No es que antes no fuera sincero, pero ahora mi agradecimiento es mayor, por haber logrado superar los momentos más oscuros”. Para él, “el optimismo está anclado en la gratitud, y lo que sigue es la aceptación”.
Si algo le ha mantenido firme en su lucha por seguir adelante ha sido su familia, sobre todo su mujer, Tracy Pollan, a la que conoció en 1982 cuando rodaban juntos la sitcom Enredos de familia . Se casaron en 1988 y han tenido cuatro hijos: Sam Michael, de 31 años, las gemelas Aquinnah Kathleen y Schuyler Frances, de 25, y Esme, de 19. La adolescencia de los cuatro no ha sido fácil pues han ido viendo el deterioro progresivo de su padre. Gran amante de la cultura y arrepentido de haber dejado sus estudios colgados en bachillerato, Fox ha inculcado a sus hijos la importancia de una buena educación. La pareja ha superado el síndrome del nido vacío, pues la más pequeña ya se ha ido a la universidad. “Después de mucho tiempo tendremos que acostumbrarnos a ser nuevamente nosotros dos, tendremos que viajar y conocer nuevos lugares”, ha comentado con su característico buen humor.
S.C.R.