Estados Unidos y China retomarán el diálogo cara a cara con una reunión de alto nivel el próximo 9 de junio en Londres, tras una llamada telefónica entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping que marcó un giro en las tensas relaciones bilaterales.
El encuentro reunirá al secretario del Tesoro, Scott Bessent; al secretario de Comercio, Howard Lutnick; y al representante comercial, Jamieson Greer, con delegados del gobierno chino, en un intento por avanzar hacia un nuevo acuerdo comercial.
“Acabo de concluir una excelente conversación telefónica con el presidente Xi de China, en la que abordamos algunos de los detalles de nuestro reciente acuerdo comercial. La llamada duró aproximadamente una hora y media y tuvo un resultado muy positivo para ambos países”, escribió Trump en su red Truth Social.
El mandatario estadounidense también se refirió a los minerales estratégicos, un punto de fricción reciente: “Ya no debería haber dudas sobre la complejidad de los productos de tierras raras”, dijo, aludiendo al dominio chino del 70% del mercado global y las recientes restricciones de Pekín en materia de exportaciones.
La agencia estatal china Xinhua destacó que Xi pidió a Trump manejar con precaución el tema de Taiwán para evitar un posible conflicto. Además, llamó a “corregir el rumbo” de la relación bilateral, eliminando interferencias que dificultan el entendimiento entre ambas naciones.
La reunión de Londres se da tras el acuerdo alcanzado en mayo en Ginebra, donde ambas partes pactaron una reducción temporal de aranceles durante 90 días. China se comprometió a bajar del 125 % al 10 % los aranceles a productos estadounidenses, mientras que EE. UU. reduciría del 145 % al 30 % los impuestos a bienes chinos.
Sin embargo, en los últimos días se han intensificado las acusaciones mutuas de violaciones al acuerdo. Las diferencias también persisten en torno al tráfico de fentanilo, el modelo económico chino y la disputa geopolítica por Taiwán.
La reanudación del diálogo representa un intento estratégico de ambos gobiernos por evitar una escalada y abrir nuevas vías de cooperación en un escenario global marcado por la tensión y la competencia.
