Cuando parecía que la escasez de productos, generada por las compras desesperadas de la gente ante la mayor presencia del virus, había pasado, una nueva emergencia se empezó a asentar en los Estados Unidos, aunque por otras circunstancias.
Como se recuerda, al inicio de la pandemia, se reportó una gran demanda de productos, como el papel higiénico, lo que generó un gran desabastecimiento. Este tipo de acciones se debieron al miedo a la escasez de productos por efectos de la pandemia. Ahora, nuevamente, se empieza a reportar casos similares de escasez de productos por la ómicron, pero por escasez de operativos.
“La variante ómicron es tan contagiosa que tiene un impacto casi simultáneo en todo Estados Unidos”, subraya Patrick Penfield, de la universidad de Syracuse.
Se sabe que una multitud de empleados a lo largo de la cadena de producción de alimentos están enfermos o en cuarentena, lo que interrumpe por completo la cadena de suministro.
“No podemos producir tantos alimentos como necesitamos. No hay suficientes personas para entregar los alimentos, e incluso cuando los alimentos se entregan en el supermercado, no hay nadie para descargarlos o colocarlos en los estantes”, indica Penfield.
Este hecho se ha extendido en todo el territorio estadounidense, sobre todo en aquellas regiones que atraviesan un clima complicado, como lo es Washington, en esta temporada de nieve.
En Washington y en los estados vecinos, Maryland y Virginia, la nieve ha agudizado este problema de desabastecimiento recurrente desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
La Federación Nacional de Comercio (NGA, por sus siglas en inglés), que representa a los actores independientes en el sector minorista de alimentos, señala que la escasez de mano de obra continúa “a nivel nacional, ejerciendo presión sobre las industrias esenciales, como los supermercados y la industria alimentaria en general”.
Una reciente encuesta de 1.500 miembros informó que gran parte de ellos habían operado sus tiendas “a menos del 50% de su capacidad laboral normal, por períodos breves, en el punto álgido de la ola” de contaminación.
Además, la federación advierte a los consumidores que aún deben esperar “interrupciones esporádicas” como ha sucedido durante un año y medio.