La FIL Lima 2022 tuvo la presencia de uno de los editores más reconocidos de Brasil, Rogério de Campos, el cual una entrevista para el diario La República habló sobre la industria del cómic a un nivel social.En la década de los años 40, Brasil fue el segundo.
mayor mercado de cómics de Marvel y DC a nivel mundial, pero hubo un cambio de enfoque en el siglo XIX con Angelo Agustini, un ítalo-brasileño que fue el primer dibujante de Brasil, ya que hizo un execelenr trabajo retratando los conflictos entre la cultura agrícola y urbana. Lo que generó la atención de la población analfabeta hacia sus viñetas.
Rogério señaló que gracias a la intervención del gobierno progresista,los brasileños lograron tener mayor presencia nacional en el mercado de cómics, ya que ofrecieron ayuda económica para la creación y publicación de las historietas.
Por otro lado, reveló que los cómics son un tipo de lenguaje muy barato de hacer.“Hoy en día, la gente habla de videojuegos; los juegos no se tratan de tecnología, sino de narrativa y creación de personajes. La tecnología es secundaria, y las historietas sirven como instrumento principal”
Para Rogério, la cultura de cada país sirve como tema de inspiración para las historieras. Brasil está en uno de los mejores momentos en la industria del cómic, puesto que cualquier persona puede encontrar en las librerías historias de comedia, terror, feminismo o temas sociales.
El editor contó además de lo orgulloso que está de nuestro compatriota Jesús Cossío, que fue publicado por la editorial Veneta en 2016 con su novela gráfica titulada “Sendero Luminoso, historia de una guerra sucia”.“Es un gran autor que publicamos en Brasil, España, Alemania y ahora en Estados Unidos. Él conversó con las familias que fueron víctimas de Sendero Luminoso, supo retratar a los personajes, a pesar de que no pudo ver fotos de estos desaparecidos”.
Además señaló que existe un sentido de inclusión que se quiere ver reflejado en las historietas. Puso como ejemplo Tungsteno de Marcello Quintanilha, en el cual según De Campos, por primera vez se observó tanto Brasil en una novela gráfica, sus dibujos fueron tan reales, utilizó jergas propias del lugar, y las personas de la misma ciudad quedaron impresionada.