La utilización de las tecnologías de energía limpia para contribuir al desarrollo y mejores de la calidad de vida de las zonas rurales y más pobres del Perú, en relación con la protección ambiental, dejó de ser parte única del sector masculino para ser abordado también por mujeres determinadas a reunir sus esfuerzos y capacidades, buscando el cambio del destino de sus comunidades.
Prueba de ello es E-Mujer, una Escuela de Energía para Mujeres del Perú. Iniciativa incluida en el proyecto “Acciones de mitigación apropiadas a nivel nacional”, desarrollado por el Ministerio de Energía y Minas junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
Mediante el programa se enseña a las mujeres a utilizar, instalar, mantener y comercializar paneles solares y cocinas mediante el uso de tecnologías de energía limpia, con un enfoque flexible de aprendizaje práctico. La finalidad es acortar la brecha en el acceso universal a energías limpias y mitigar la emanación de gases de efecto invernadero, acentuando una real diferencia en la vida de cientos de mujeres y sus comunidades.
Transformadores de vida
Pero, E-Mujer no sólo colabora a promover la acción climática, si no que reduce notablemente las desigualdades de género (un tema crítico en todo el país) haciendo que las beneficiarias logren obtener mayor confianza en sus capacidades, ganando sentido de su valor personal y autoridad para ejecutar actividades típicamente relacionadas con los hombres.
“Mi vida ha cambiado. Antes de esta capacitación, tenía miedo de que solo los hombres pudieran hacer ese tipo de trabajo y que las mujeres no pudieran hacerlo. Tenía miedo de trabajar con este tipo de equipos, de trabajar con máquinas. Ese miedo se ha ido. Ahora creo que podemos hacer muchas cosas”, cuenta Nelly Arias, una de las 290 mujeres que formaron parte de E-Mujer.
Sumado a esto, también protege la salud de las mujeres vulnerables ante la contaminación del aire a causa de las estufas y chimeneas del interior de sus viviendas, y minoriza el tiempo de recolección de agua y combustible, carga que durante años ha sido enorme para ellas.
“Las mujeres pueden capacitar a otras personas y trabajar en condiciones de igualdad junto a los hombres”, enfatizó la estudiante cusqueña de E-Mujer, Ana María Pumaccallahui.
Futuro Empresarial
Aunque E-Mujer fue implementado desde el año 2018 como piloto y ocupó las regiones de Cajamarca, Cusco, Loreto y Puno, zonas donde la capacitación se centró en cocinas más eficientes y en energía solar, respectivamente, gracias a los beneficios transformadores obtenidos, ahora se mira hacia el futuro pretendiendo replicar el proyecto en todo el país.
Para esto, el PNUD y el Ministerio de Energía y Minas del Perú se encuentran en la busca de oportunidades para ampliar los elementos capacitadores comprendidos en el espíritu empresarial y los modelos comerciales; lo que incorporaría nuevos cursos, como un centro innovador para que las mujeres implementen otras tecnologías de energía limpia adaptadas a sus necesidades y realidades.
J.H.C.P.