Kendra Jackson, una mujer de 52 años, padecía de un aparente resfriado por lo que siempre estaba con la nariz congestionada y con tos. Iba a diversos hospitales para saber que era realmente lo que tenía, pues luego de haber sufrido hace dos años y medio un accidente automovilístico, comenzó ese malestar.
“Cuando empezó, creí que eran mis alergias o una nariz congestionada, como el principio de una gripa”, dijo la mujer. Después de ver a varios doctores y que le dieran diferentes recetas, Jackson llegó al Centro Médico de la Universidad de Nebraska y luego de varios estudios determinaron que la supuesta “secreción nasal”, era realmente “una fuga de líquido cefalorraquídeo”.
La especialista en rinología, Christie Barnes, operó a la mujer y contó los duros momentos que pasó su paciente. “Cuando ella se levantaba en la mañana después de dormir derecha en una silla, todo el frente de su camisa quedaba empapado en líquido”. Al ver que eso no era normal, solicitó examinar el líquido, dando por resultado que era líquido cefalorraquídeo.
Según las conclusiones de los médicos, a causa del accidente automovilístico, en el cerebro de Kendra Jackson se hizo un pequeño agujero en su cráneo, algo que creció conforme avanzó el tiempo. Christie Barnes, reveló que depende de la cantidad de líquido que se pierda, el riesgo podría ser mortal, por ello la operaron de emergencia y actualmente ya se encuentra fuera de peligro y el flujo nasal desapareció por completo.
F.G.H.
