En cada consejo que brinda Jessica Lagos demuestra la brillantez y la madurez que ha tenido para enfrentar cualquier adversidad. Para ella, la vida no ha sido fácil, a los 23 años perdió su brazo derecho por un accidente. Sin embargo, nunca perdió la esperanza y el buen ánimo para seguir el camino de la vida. Actualmente, es chef y dueña de Dulces y Postres Celestiales. Culminó sus estudios en pastelería y panadería ocupando el primer lugar de su promoción. Conoce más sobre la historia de esta admirable mujer aquí.
¿Cómo surge tu gusto por la pastelería y la repostería?
—Desde muy pequeña me gustaba todo lo que era la cocina, estaba siempre metida allí. Mi abuelita por parte de madre, Inés, preparaba unos postres deliciosos, los mejores que probé en mi infancia. Mi inspiración viene de ella. Lamentablemente, el mes pasado falleció.
Jessica recuerda que cuando quedó embarazada de su primera hija tuvo antojos por los dulces, pero los que adquiría en panaderías y tiendas no satisfacían su paladar. Ese fue un punto clave para ella, ya que pensó que lo mejor sería hacer postres por su propia cuenta. Desde ese momento, conoció su gran amor, su gran pasión, su gran talento para preparar y diseñar postres.
En un inicio, Jessica se mostraba escéptica sobre los comentarios de elogio por parte de sus familiares para con sus postres. Le decían que le salía muy bien, muy rico, pero Jessica pensaba “no, debe salir igual que los demás”.
He visto las tortas que están publicadas en las redes sociales de Dulces y Postres Celestiales, cuéntanos un poco más sobre la elaboración de estas
—Todas las tortas que están publicadas en redes sociales son creación mía. Procuro siempre colocarle mi sello a todo lo que hago. Me esfuerzo mucho por lograr cada detalle en la torta, más que todo cuando se decora a mano, las cosas que son en chantillí. Esas tortas necesitan ser trabajadas con sutileza, toda la decoración es a mano.
Jessica es experta en la decoración de tortas y postres, ni bien agarra la manga pastelera empieza a dibujar sobre el pastel como si lo estuviera haciendo en una hoja.
—“Todo esto me apasiona, me encanta trabajar en lo que es la pastelería”, indica emocionadamente.
¿Cuál fue el motivo por el que decidió emprender?
—Cuando ya sabía que me iba a dedicar a esto, yo ingresé a trabajar a una pastelería. Tenía 23 años. Por circunstancias de la vida me ocurrió un accidente: caí del tercer piso cuando transportaba un montacargas. Cuando me encontré en esa situación pensé lo peor, me dije “uy, ya no la cuento acá”, pensé que no me salvaría. Es un milagro que yo esté viva.
Para Jessica fue muy duro porque su vida cambió de un día para otro. Ella pierde su brazo derecho, pero es zurda, lo que le permitió continuar con su vida.
Durante todo el proceso de recuperación, siempre puso de su parte, nunca se rindió, siguió adelante. El buen ánimo que la caracteriza no lo perdió jamás, es más fue clave para su recuperación.
Procuró que en su hogar todo fluyera normalmente porque en ese entonces su hija, la mayor, tenía solo tres añitos. No quiso que la vieran que estaba triste o deprimida.
—“Todos tienen derecho a sentirse mal en momentos que pasan esas cosas”, reflexiona Jessica recordando aquel momento.
A pesar de todo, consiguió continuar su vida, retomando su pasión por el arte de hacer postres. En ese momento, decide dar el primer gran paso en su vida: estudiar la carrera de pastelería.
Entonces, se dirigió a un prestigioso instituto de cocina, acompañada de su padre y su esposo. Sin embargo, en dicho centro le pusieron muchos peros, le dijeron “No, Jessica, de repente te quemas, te pasa algo”, ella les respondió que no, que ella sabía desenvolverse muy bien en la cocina, que ya tenía práctica, aun así, ese centro de cocina le negó la posibilidad.
Pero, como bien dice el dicho, cuando se cierra una puerta se abre otra y así fue para Jessica. La Escuela Nova, centro líder y especializado en Panadería y Pastelería, le abrió las puertas para que muestre su talento. Es ahí donde esta admirable empresaria culminó sus estudios siendo el primer puesto de su promoción.
—“Desde un inicio mi meta fue ser la mejor alumna, la pérdida de mi brazo no me hizo pensar que haría menos que los demás, quería demostrar que a pesar de ello podía hacerlo”, menciona.
Desde un inicio, Jessica siempre quiso ser su propio jefe. Supo de las dificultades que atraviesan las personas que presentan alguna discapacidad, ya sea en el trabajo o en otras áreas. Entonces, tras culminar exitosamente sus estudios inicia con su emprendimiento Dulces y Postres Celestiales.
Me llama la atención el nombre de la empresa ¿A qué se debe?
—El nombre surge por la gran aceptación del público hacia el sabor de los postres. Hablando con mi familia para encontrarle un nombre a mi empresa, mi padre me sugiere que le ponga celestiales, dada la exquisitez de mis postres. No es por nada, no está bien que yo lo diga, pero mis postres son únicos, con un sabor especial. Yo personalizo mis recetas, cada producto que elaboro tiene mi sello.
Uno de los efectos negativos de la pandemia ha sido el aumento del desempleo y las restricciones de algunos negocios, quería preguntarle, ¿Cómo ha afrontado esta pandemia?
La pandemia afectó a todos, fue un cambio total. En 2020, primer año de la pandemia, Dulces y Postres Celestiales ya tenía un año, ya tenía ciertos clientes, su cartera de clientes estaba empezando a crecer poco a poco, gracias a la puntualidad, la buena calidad de sus productos, la exquisitez de los mismos, el empeño y la amabilidad. Al inicio de la pandemia bajaron las ventas, se tuvo que cambiar a delivery, entonces tuvieron que adaptarse a esa forma de trabajo. Ante esa adversidad, con la brillantez que caracteriza a esta joven empresaria encontró una forma para continuar a flote con su empresa, la gestión en redes sociales. Empiezo a unirme a grupos, donde publico sobre mis postres. Aunque suene contradictorio, durante esta pandemia mi página creció más, se hizo más conocida. Como las personas ya no podían ir a recoger sus pedidos, los pedidos por delivery incrementaron. Además, ella compartió su historia de vida, con la que empatizar muchas personas, entre ellas el reconocido chef, ícono de la cocina peruana, Gastón Acurio. En ese momento, Acurio estaba apoyando a los emprendedores vía online, por sus redes. Entonces, publicó la historia de Jessica, lo que permitió que más personas conozcan su empresa.
¿Consideras que el negocio de la pastelería es rentable?
—Yo diría que sí. Hoy en día hay muchos negocios, muchas pastelerías, pero el éxito está en cuánta entrega le pongas al producto, cuánta pasión, cuánta dedicación. Pienso que la clave está en hacerlo con mucho cariño. Ahora todas las empresas elaboran sus productos en serie, no es mi caso. Para mí cada producto es especial. Considero que no se debe pensar en que me va a dar dinero y tengo que hacerlo y ya.
Jessica es una mujer muy apasionada por lo que hace, procura siempre escoger muy bien los insumos para la preparación de sus postres. Nos comenta que para ella este negocio es rentable porque se dedica al 100%, procura siempre entregar un producto de excelente calidad.
—Desde que inicio acá (en su centro de producción) hasta donde llega, siempre me comunico con cada cliente para ver si es que llegó bien el producto.
Jessica, ¿Cuál sería el consejo que le darías a un emprendedor que recién comienza o que se encuentra insatisfecho por sus resultados?
—El éxito está en la perseverancia. En mi caso, yo nunca me rendí. Creo que uno tiene que siempre pensar en positivo, para mí eso es clave. Ahora hay mucha competencia en el mercado. Yo le recomendaría a los emprendedores que pongan su sello único, eso creo que te diferencia del resto, que cada uno tenga un sello propio y con ello trabajar duro y parejo. Además, deben tener presente la meta que se han trazado, no mirar al resto. En mi caso, yo no me fijé en el resto, siempre me enfoqué en mí, en lo que quería hacer para tener mi emprendimiento. Que haya crecido tanto me llena de satisfacción, creo que, a las personas, a los emprendedores les diría eso, que se concentren en ellos mismos sin mirar en lo que hacen los demás.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
—Mi sueño es abrir una pastelería física. Ahí poner todos mis cuadros, mis fotos, mis propias tortas, decorarlo muy bonito. Ese es mi próximo paso. De aquí a cinco años me veo con mi empresa bien fundada, dando trabajo a más personas, quién sabe personas como yo con una discapacidad, que mi empresa y mi historia llegue a más personas para que les sirva de inspiración. Creo que Dios me dio una segunda oportunidad de vida, la cual aprovecho de la mejor manera. De verdad que Dios me sorprendió con esta prueba que me mandó porque en realidad para mí no ha sido fácil, pero lo entendí. Pero Dios está ahí siempre conmigo, guiándome cada paso que doy, y además el apoyo familiar que recibo es fundamental. Mi familia es mi gran apoyo, mi fortaleza, por eso sigo y continúo.
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