Abigail Galván Cantoral (16) y Azul Delgado Gómez (13) son dos adolescentes procedentes de Villa El Salvador e Ica respectivamente. Ambas con casos similares: tenían riñones que no funcionaban pasando buena parte de su vida en un hospital en lista de espera para un trasplante de órgano y, a inicios de este año recibieron la buena noticia cuando el personal de salud les anunció por teléfono que apareció «un ángel» debido a que cada una de ellas recibió un riñón del mismo donante.
Abigail y Azul formaron parte de la lista de espera que hasta el momento todavía tiene a la expectativa a 12 niños por un trasplante renal, a otros 2 por trasplantes hepáticos y a 4 por trasplantes de córnea, informó la directora del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de San Borja, Zulema Tomas.
«La cultura de donación no se cumple como dice en el DNI», recalcó Tomas al indicar que en Latinoamérica países como Argentina, Uruguay y Chile están por encima del 20 % de donación de órganos. Mientras que, en nuestro país hay 0.5 donantes por millón de habitantes.
La directora del INSN pide a los donantes dejar una carta respaldada con su firma para que se cumpla su voluntad en caso les pasa algo. «Mi invocación es que, si tuvieran un familiar en situación de muerte cerebral, respeten la decisión de su DNI”, agregó.
Por su parte, la jefa de la Unidad de Donación y Trasplante, la doctora Melva Benavides López manifestó que, «En un momento de tranquilidad, se debe transmitir a la familia que yo sí quiero donar, que respeten mi decisión. Que la familia sepa que debe respetar esa decisión para poder salvar a otros».
Es importante mencionar que, el INSN San Borja es el único centro hospitalario pediátrico del Ministerio de Salud (Minsa) que postergó los trasplantes de órganos en pandemia, tiempo durante el cual realizó 18 trasplantes y tejidos, de los cuales 10 fueron renales, 5 hepáticos y 3 de córnea.
Cabe destacar que, cada trasplante está valorizado entre 100 mil y 300 mil soles en un centro de salud privado; sin embargo, en el INSN-San Borja son totalmente gratuitos y costeados por el Seguro Integral de Salud (SIS). «El Estado está cumpliendo con el derecho a la salud y a la vida», finalizó la directora Zulema Tomas.
