¿Dónde me estaciono?

El hospital Guillermo Almenara Irigoyen es un establecimiento médico de categoría IV, y es categorizado de alta complejidad. Actualmente atiende a más de 14 707 000 asegurados. Tiene 93 especialidades médicas, 1 600 camas y 115 consultorios externos. Además, realiza más de 60 000 consultas al mes. En el área de emergencias se registra un tránsito diario de aproximadamente 800 pacientes, para los cuales tan solo se cuenta con 120 camas para atender esa demanda.

Su personal está conformado por 1 100 médicos (descontando los médicos residentes), 1 500 enfermeras, 46 nutricionistas, 41 psicólogos, 60 tecnólogos médicos, 890 auxiliares y técnicos de enfermería y 350 trabajadores administrativos.

Ahora bien, juguemos un poco con las cifras para entrar de lleno al tema de este artículo: si aplicamos una simple suma a los números que nos indican la cantidad de personas que a diario frecuentan el Hospital Almenara obtendremos que son 5 987 más o menos, que a diario llegan a él.

Una gran parte de esa gente que concurre al establecimiento médico señalado, sea por emergencia, consultas, tratamientos, o para laborar allí necesitan donde estacionar sus automóviles, y para nadie es un secreto pues que el incremento de nuestro parque automotor ha sido verdaderamente exponencial en los últimos años, en sencillo, muchos peruanos cuentan con movilidad propia.

ORDEN SÍ, PERO CRITERIO TAMBIÉN

Hace dos semanas se declaró zona rígida el entorno del Hospital Almenara, impidiendo con la norma que cientos de automóviles se estacionen en el entorno del establecimiento médico, esa ordenanza que sin mayor difusión fue impuesta ocasionó que cientos de vehículos sean sancionados por efectivos de la policía de tránsito, con multas que alcanzan desde los 300 a los 700 soles.

La aplicación de esa ordenanza no se comunicó a tiempo, es decir días antes de su entrada en vigor, a quienes por necesidad y urgencia estacionaban sus vehículos en esa zona, la policía salió a ¨cazar¨ y lo hizo, ya que la ley y la normatividad están de parte de ellos. Y quienes usaron sus movilidades para llevar, tal vez, a un familiar a emergencia o a un convaleciente a su cita médica, tuvieron que volver a sus domicilios con una fuerte papeleta impuesta sin explicación alguna.

Juguemos a seguir la lógica de esa norma de marras que vuelve zona rígida el entorno del Hospital Almenara. Si a partir de ahora es prohibido cuadrarse en la periferia de ese nosocomio, pues no quedará más remedio que adentrarse más a La Victoria, detrás del hospital.

No es sorpresa para nadie quien lea este artículo el decir que la violencia ciudadana y la criminalidad está totalmente desatada en nuestra ciudad capital. Solo basta dar una repasada a los noticieros de las principales cadenas informativas locales, para comprobar la cantidad de robos, asaltos, y secuestros al paso que a diario se dan. Y lamentablemente en el distrito de La Victoria, especialmente la zona posterior al hospital Guillermo Almenara Irigoyen es históricamente conocida por ello. Calles como Mendoza Merino ´Mendocita¨, García Naranjo, Raimondi, Abtao y la zona de Matute, donde tendrían que estacionarse las unidades móviles de quienes necesiten concurrir al hospital, son áreas extremadamente peligrosas, a ello muy aparte y distante de la presencia de gente honesta y decente que reside en esas zonas, pues hay que hacer y marcar la diferencia entre unos y otros. Con esa norma que declara rígida las dos cuadras que ocupa el nosocomio, se está poniendo en serio peligro la integridad y la vida de pacientes, médicos, y técnicos que a diario concurren a él, ¿o es que acaso las autoridades no saben que por ejemplo en Mendoza Merino ¨Mendocita¨ la venta y consumo de droga es abierta y a vista de todos? ¿Qué va a pasar con cientos de usuarios que tengan que cuadrar sus automóviles en las calles arriba detalladas y transitar de ida y vuelta hasta el hospital?

Orden sí, pero criterio también. Estamos de acuerdo en que haya orden en todo sentido, aún más en el tema del caótico tránsito en nuestra ciudad capital, pero, también que haya criterio y no se condene a los usuarios del Hospital Guillermo Almenara Irigoyen a una total inseguridad, con un latente riesgo sobre sus vidas, todo por una norma no pensada, y aplicada de manera abusiva.

Finalmente dejo flotando una pregunta a las autoridades respectivas: ¿Dónde me estaciono?

José Briceño Abanto