Cada 7 de junio se celebra el Día Mundial de Concientización del Síndrome de Tourette en honor a Mary Robertson, una médica especialista en trastornos neurológicos y psicológicos que dedicó su carrera a investigar sobre el síndrome de Gilles De la Tourette.
El síndrome de Tourette es una enfermedad del neurodesarrollo que se manifiesta en la infancia tardía o adolescencia, con los primeros síntomas apareciendo antes de los 18 años, especialmente durante la etapa escolar.
Los síntomas incluyen movimientos involuntarios, características repetitivas y emisión de sonidos o vocalizaciones no controladas. Estas expresiones se llaman tics y son la característica principal del trastorno.
Los tics se clasifican en dos categorías principales: tics simples y tics complejos. Los tics simples son movimientos súbitos, breves y repetitivos que involucran un número limitado de grupos musculares. Por otro lado, los tics complejos consisten en patrones de movimientos diferentes y coordinados que afectan varios grupos musculares.
Además, los tics pueden manifestarse como movimientos (tics motores) o sonidos (tics vocales). Por lo general, los tics motores comienzan antes que los tics vocales, aunque el espectro de tics que las personas experimentan es diverso y puede variar ampliamente.
El Neurólogo infantil y coordinador del Área de Neurodesarrollo y CEA de CITES INECO, el doctor Lucas Maenza, explicó: “Aquellos tics que están relacionados con el movimiento son conocidos como tics motores, en cambio, los que se encuentran relacionados con las expresiones de sonidos son tics fónicos. En ambos casos, son repentinos, breves, repetitivos, carentes de objetivo y pueden ir mutando en el tiempo”.
Asimismo, encontramos diversas opciones de tratamiento para el síndrome de Tourette, que incluyen tanto enfoques farmacológicos como no farmacológicos. Entre las alternativas no farmacológicas se encuentra el entrenamiento conductual con terapia de reversión de hábitos.
Esta terapia, es una variante de la terapia cognitivo-conductual, se enfoca en mejorar los síntomas de los tics y busca proporcionar herramientas para suprimirlos de manera efectiva.
La Coordinadora de la Clínica de Ansiedad y Trauma del Departamento de Psicoterapia de INECO, la doctora Liliana Traiber, indica que “A través de ese tipo de tratamiento, se le enseña al paciente, y a su familia si es necesario, cuáles son los fundamentos de la terapia, se realiza psicoeducación sobre el síndrome, y se le da a conocer técnicas efectivas de manejo de los tics”.
Finalmente, es importante resaltar que el éxito de cualquier tratamiento para el síndrome de Tourette depende del compromiso del paciente y estar dispuesto a participar activamente en su tratamiento para obtener resultados positivos.