En 1954, el mundo prometió a los niños la protección de sus derechos a la supervivencia, a aprender y crecer, para alcanzar su máximo potencial. En este 20 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Niño, y hay mucho que celebrar, desde la disminución de la mortalidad infantil hasta el aumento de la escolarización.
La ONG World Vision aprovecha esta fecha para resaltar la importancia de conocer los derechos que amparan a aquellos pequeños que por su corta edad y etapa de crecimiento no cuentan con los medios necesarios para protegerse y se caracterizan por su vulnerabilidad.
Por este motivo, ONG World Vision resalta que esta celebración es un momento ideal para concientizar a nivel global la situación de los niños más desfavorecidos, dar a conocer a la sociedad los derechos de la infancia y transmitir a los gobiernos de los distintos países la importancia de trabajar por su bienestar.
Derecho a la libertad de asociación
Este derecho permite que todo niño y niña pueda asociarse o relacionarse libremente con otros niños o adultos, así como participar en reuniones donde pueda desarrollar sus habilidades sociales de manera segura y saludable.
Derecho a la protección de la intimidad
Se prohíbe que los niños y niñas sufran intromisiones o injerencias en su vida privada, en su entorno familiar y domicilio; el revisar su correspondencia sin consentimiento es también una violación a su intimidad. La protección del entorno más cercano de los niños y niñas evitará que sean víctimas de ataques a su honra y su reputación.
Derecho a un nombre y nacionalidad
Desde el momento en que un niño o niña nace, automáticamente adquiere el derecho a tener un nombre y asumir la nacionalidad del país donde ha nacido sin importar la legalidad de su permanencia o de sus progenitores, pues el Estado debe proteger por encima de todo su identidad.
Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión
Los niños y niñas como seres autónomos tienen derecho a decidir libremente sobre su religión y a formular los pensamientos que formarán su propia conciencia. Les da la potestad de cambiar de religión o de creencia si así lo consideran, pero siempre con la guía de sus padres o representantes legales.
Aunque estos derechos parezcan básicos e inherentes a cualquier ser humano, en la realidad estos se infringen y afectan el correcto desarrollo de niños y niñas como su identidad, su libertad de pensamiento y su integridad.
Por ello, es importante conocer cada uno de los derechos fundamentales de la niñez, entenderlos y respetarlos en la práctica para asegurar su bienestar.
