Una pareja ha sido arrestada en Oviedo tras descubrirse que mantenía encerrados a sus tres hijos dos gemelos de ocho años y un niño de diez en su vivienda ubicada en Fitoria desde diciembre de 2021. Según la Guardia Civil de Asturias, los menores no estaban escolarizados, no salían al exterior y vivían en condiciones insalubres, rodeados de excrementos y animales enfermos.
Los arrestos se produjeron el lunes 28, y la pareja pasó su primera noche detenida en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil en Oviedo. Este miércoles, en torno a las once de la mañana, comparecerán ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, acusados de abandono familiar y detención ilegal. Actualmente, los menores se encuentran bajo la tutela del Principado en un centro de acogida.
Fuentes policiales informaron que solo el padre, un ciudadano alemán de 53 años identificado con las iniciales C.S., figuraba empadronado en el domicilio. Ni la madre, una mujer de 48 años con doble nacionalidad estadounidense y alemana, identificada como M.A.S., ni los tres niños estaban registrados oficialmente en la vivienda.
La situación salió a la luz gracias a una vecina que, tras escuchar voces infantiles dentro del hogar, pero no ver nunca a los niños ni señales de vida exterior, alertó al Servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Oviedo. También llamó la atención la frecuencia con la que el hombre recibía voluminosos pedidos de comida.
A partir de la denuncia, se puso en marcha un operativo de vigilancia discreta en torno al chalet rural, ubicado a menos de dos kilómetros del centro de Oviedo. Las primeras observaciones, realizadas el 14 de abril, revelaron movimientos detrás de una cortina cuando el hombre salía a recoger pedidos, lo que fortaleció las sospechas de que había más personas dentro.
Tras una reunión con la Fiscalía de Menores, se dictó una orden para identificar a los ocupantes del domicilio. El lunes 28, alrededor de las 14:30 horas, se desplegó un operativo en el que participaron agentes de la Policía Local, Policía Judicial, personal de Servicios Sociales del Principado, una traductora de alemán y la letrada de menores de la administración.
Al llegar, los agentes fueron recibidos por el padre, quien se encontraba descalzo y con aspecto desaliñado. Al ingresar, comprobaron que la madre y los niños llevaban tres mascarillas cada uno y que vivían en un entorno extremadamente insalubre. Los menores, que aún usaban pañales, estaban rodeados de suciedad y animales enfermos.
El Equipo de Recepción y Valoración de la Dirección General de Infancia y Familia se hizo cargo de los tres niños. Según los agentes, al ser liberados, los menores mostraron una clara reacción de alivio: respiraron profundamente al salir y uno de ellos incluso se mostró asombrado al tocar el césped, como si fuera una experiencia completamente nueva.
