La jubilación es un derecho que todos los trabajadores tienen para disfrutar de su remuneración una vez finalizada su vida laboral. Sin embargo, es crucial planificar nuestras finanzas desde jóvenes y desarrollar hábitos de ahorro saludables para asegurar una vejez digna.
Según el presidente de Apeseg, Eduardo Morón, es recomendable acumular un ahorro de S/180.000 en nuestras cuentas de AFP para recibir una pensión de S/1.000. Además, es importante hacer un presupuesto mensual para evaluar nuestra capacidad de ahorro real y construir un futuro financiero con ingresos que permitan cubrir gastos y generar rendimientos atractivos.
Según el experto en economía, es ideal establecer una meta donde los gastos no superen la mitad de nuestros ingresos.
«¿Por qué la mitad? Porque los hijos ya se habrán ido de casa y ya habremos acumulado varios bienes que nos hace falta volver a comprar. Entonces, para poner un ejemplo, imaginemos que gastábamos S/2.000 al mes. Apuntemos a tener, desde cerca de los 65 años, la capacidad de gastar S/1.000», detalló.
Además, los trabajadores autónomos, cuyos ingresos mensuales no son fijos, necesitan crear un presupuesto mensual con el fin de identificar de manera más fácil su capacidad de ahorro.
«Si en un hogar que gasta S/2.000 al mes se ahorra solo el 10% de estos desembolsos, en 50 años se cumpliría con la meta de haber construido su chanchito que le asegurará tener recursos para toda su vejez», manifestó.
Por otro lado, la renta vitalicia es un instrumento financiero mediante el cual se transfieren recursos a una compañía de seguros especializada, la cual se encarga de depositar una suma de dinero de forma vitalicia.
En el Sistema Privado de Pensiones existen tres tipos de rentas vitalicias en Perú: la renta de jubilación, que es una pensión mensual que se otorga al trabajador al cumplir la edad de jubilación o los requisitos para una jubilación anticipada.
La renta de invalidez, que se ofrece a aquellos afiliados que pierden su capacidad laboral de forma significativa; y la renta de sobrevivencia, que beneficia a los familiares o beneficiarios acreditados en caso de fallecimiento del afiliado, quienes pueden recibir una pensión o renta vitalicia contratada con una aseguradora.
