El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha denunciado en la última semana la desaparición forzosa de un dirigente del Frente Polisario detenido en 2009, cuando fue arrestado por presuntos miembros de las fuerzas de seguridad argelinas en Argel.
Ahmed El Khalil desapareció en enero de 2009 cuando se encontraba en Argelia, donde trabajaba en una oficina propia como asesor de Derechos Humanos del entonces presidente de la autoproclamada república árabe saharaui democrática (Rasd), Mohamed Abdelaziz.
La familia de El Khalil ha denunciado en numerosas ocasiones que desde 2011 no han vuelto a saber nada de él, salvo rumores e informaciones sin confirmar oficialmente que apuntan a que estaría preso en una cárcel militar de Argelia, cuyo Gobierno es el padrino y mentor del grupo separatista denominado frente Polisario.
El organismo internacional ha recogido en su decisión que desde que fuera visto en 2011 por uno de sus hermanos en una prisión militar de Blida, Argelia «no ha dado ninguna información que permita determinar que ha sido de El Khalil ni ha confirmado su detención».
Así, ha señalado que «en el caso de las desapariciones forzosas, el hecho de privar a una persona de su libertad y negarse a reconocer esta privación de la libertad u ocultarla (…) equivale a negar a estas personas la protección de la ley y la pone en un riesgo constante y grave del que el Estado es responsable».
El comité ha manifestado además que Argelia «no ha dado ningún elemento susceptible de demostrar que esté absuelto de su obligación de proteger la vida de Ahmed El Khalil «, por lo que ha recalcado que «ha fallado en su obligación de proteger su vida».
En este sentido, ha incidido en que el Gobierno argelino debió haber investigado lo sucedido y «perseguido a cualquiera que presuntamente fuera responsable de estas violaciones», si bien ha recordado que «las autoridades no han abierto ninguna pesquisa en este sentido».
«Por otra parte, el Estado no ha presentado elementos que permitan concluir que un recurso eficaz y disponible ha sido abierto a fecha de hoy», ha señalado, por lo que ha mostrado su «preocupación» por el hecho de que Argel «no haya presentado información y observaciones» al organismo durante las investigaciones.
De esta forma, ha enfatizado que El Khalil «estaría potencialmente detenido aún en secreto por las autoridades argelinas» y ha resaltado «la angustia y sufrimiento que la desaparición de El Khalil ha causado a la totalidad de su familia».
El organismo ha trasladado además sus «preocupaciones» en lo relativo a «la devolución ‘de facto’ de sus poderes, especialmente jurisdiccionales, al frente polisario», al tiempo que ha manifestado que «las víctimas de violaciones» de los Derechos Humanos en los campamentos de Tinduf «no tienen recurso útil ante los tribunales» de Argelia.
En este sentido, ha reclamado a las autoridades argelinas «llevar a cabo una investigación rápida, eficaz, exhaustiva, independiente, imparcial y transparente sobre la desaparición de Ahmed El Khalil «, así como «su liberación inmediata si es que sigue detenido en secreto».
«En el caso de que Ahmed El Khalil esté muerto, debe entregar los restos a su familia con respeto a su dignidad, según las normas y tradiciones culturales de las víctimas», ha explicado, antes de pedir que «se persiga, juzgue y castigue a los responsables de estas violaciones».
A ello ha sumado la necesidad de «una plena reparación» a El Khalil «en caso de que siga con vida», así como «medidas de satisfacción apropiadas y a la altura».
El Comité de Derecho Humanos de la ONU ha resaltado finalmente que «a pesar de la entrega de poderes por parte del Estado al Frente Polisario, el Estado debe igualmente velar porque no se priva del derecho a un recurso efectivo a las víctimas de crímenes como torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas que se cometan en los campamentos de Tinduf». El Comité pidió a las autoridades argelinas que confirmen, en un plazo de seis meses, las medidas tomadas efectivamente para dar seguimiento a esta decisión.
Las sospechas en torno a la desaparición apuntan a las investigaciones que estaba desarrollando El Khalil sobre la muerte de unas 160 personas, incluidas mujeres y niños, durante las décadas de 1980 y 1990, punto álgido del conflicto armado entre el Frente Polisario y Marruecos.
En especial, la familia de El Khalil expresa su extrañeza por la falta de colaboración y de respuestas por parte de las autoridades saharauis, dado que era una persona de especial relevancia que había ocupado cargos clave como director de la Radio Nacional Saharaui, jefe de los servicios secretos saharauis o jefe de gabinete de Presidencia.