«Vine y sigo con los signos de tortura que sufrí durante los últimos cinco meses de 2019 en centros secretos de detención administrados por el Polisario. Desde el gobierno argelino, no hay espacio para hablar sobre algo llamado libertad de opinión y expresión, y todas las voces que se oponen al Polisario están condenadas al abuso», afirmó el activista saharaui de derechos humanos, Fadel Barika, quien compareció ante el Consejo de Derechos Humanos en el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra.
«Fui secuestrado por miembros armados del Frente Polisario, con dos de mis colegas, el periodista Mahmoud Zaidan, y el bloggero Moulay Aba Abu Zaid, debido a nuestras denuncias -a través de las redes sociales- de las graves violaciones cometidas por los líderes del Polisario. Fuimos detenidos fuera de la ley y nos condujeron a lugares desconocidos, siendo objetos de diversos tipos de tortura y abuso», añadió Barika en el cuadragésimo tercer período de sesiones del citado organismo, el último 6 de marzo.
En su testimonio, Barika mencionó «mi secuestro también fue en represalia por parte de la inteligencia argelina que participó en mi interrogatorio y tortura, solo porque me atreví a organizar una protesta frente a la Embajada argelina en Madrid para indagar por el destino de mi primo, el doctor Khalil Ahmed Brik, quien desapareció luego que fue secuestrado en 2009 por la inteligencia argelina en Argel».
Finalmente, el activista saharaui condenó el silencio de quienes afirman defender los derechos saharauis contra las violaciones cometidas por los líderes del Polisario.
Barika había sido arrestado por el Frente Polisario en julio de 2019, junto a Bouzid y Zidan, acusados de “alta traición”, por solo denunciar la falta de libertad de expresión en Tinduf. Los activistas fueron liberados ante el escándalo y la presión internacional.