Cuando ‘El Carreta’ Jorge Pérez salvó a un joven de morir en el mar

El carismático intérprete criollo se convirtió en héroe por un día en 1954. A su fama musical sumó su respeto por una vida sin importar la suya.

Cuando ‘El Carreta’ Jorge Pérez salvó a un joven de morir en el mar.

El Carreta’ Jorge Pérez nació en Huaraz en 1922, él se sentía limeño de pura cepa.y es que había llegado de muy niño a Lima. Era noviembre de 1954, y el trovador criollo de 32 años ya gozaba de popularidad en las radios desde comienzos de esa década. Su picardía e ingenio interpretativo lo hicieron muy querido por el pueblo peruano. 

Además, apenas despuntó el alba, el sábado 20 de noviembre de 1954, Orlando Marchessi, un alumno de la Escuela de Aviación, se preparaba para realizar su primer vuelo de práctica en una avioneta de instrucción militar, la nave PT-17. Ese era su sueño desde que ingresó a la escuela militar. Pero no iba a estar solo. Emprendería vuelo con el teniente FAP Carlos Alberto de Zela Nieto.

Asimismo, todo iba bien hasta que despegaron la avioneta que tomó una altura distinta; esto era una rutina para el teniente mientras que  el corazón de Marchessi latía a mil por hora. Entonces pasó que De Zela, que volaba junto a dos aparatos similares al suyo, sintió que su máquina perdía altura y no respondía justo cuando sobrevolaban las playas de Pachacámac, al sur de Lima por lo que la caída fue inevitable.

A su vez, en medio de las aguas, el teniente lucía herido de gravedad, y antes de perder el conocimiento definitivamente apenas si distinguió al joven Marchessi que empezaba también a perder la batalla. Los gritos de auxilio de la gente que a esa hora andaba por la playa alertaron a dos personas claves en el rescate: el teniente de Artillería (EP) Luis Manrique Gamero y al cantante criollo Jorge Pérez ‘El Carreta’.

Por su parte, Manrique quién llegó primero que Pérez, con brazadas desesperadas. Se montó en el fuselaje de la avioneta siniestrada y trató de levantar por los hombros al joven cadete que parecía agonizar en la cabina. Cuando parecía que le faltaban fuerzas, Manrique vio aparecer al segundo “rescatista”: (Jorge Pérez) quien no dudó en ayudarlo.

Finalmente, entre ambos, braceando, compartiendo el peso, lograron traerlo a la playa, donde había mucha gente esperándolos. Lo subieron a un auto y decidieron llevarlo a la Escuela Militar de Chorrillos, y de allí lo condujeron al Instituto de Sanidad de Aeronáutica. donde los atendieron de emergencia. Por su parte, un coronel de apellido Siles “me abrazó, me dio la mano y me felicitó por mi generoso comportamiento” concluyó Pérez.

O.S.M.P.