COVID-19: fabricante de ataúdes cuadruplica sus ventas durante el estado de emergencia

Un empresario del populoso distrito menciona que su negocio está colmado de pedidos y junto a su esposa y 20 operarios trabajan para cumplir la demanda de hasta 100 ataúdes por semana

Entre los ataúdes más requeridos están los de los de 195 centímetros de largo por 60 de ancho que cuestan entre s/ 400 y s/2000 soles. Foto: AFP/ Ernesto Benavides

Genaro Cabrera, es un empresario fabricante de ataúdes de 52 años que ha visto incrementada la demanda de sus cajones funerarios por las muertes del Covid-19. Su negocio, ubicado en San de Lurigancho, ha cuadruplicado su producción y algunos de sus trabajadores temen ir a trabajar por el riesgo de contagiarse.

“No pensaba trabajar a tal extremo por esta pandemia” fueron una de las declaraciones que hizo Cabrera a la agencia de noticias AFP. Entretanto, el empresario cuenta que se encuentran repletos de pedidos por sus ataúdes de madera y acero. De acuerdo, a la coyuntura la demanda creció a un punto en el que los 100 cajones prefabricados que hacían al mes, solo les alcanza para una semana. Entre los más vendidos, están los de 195 centímetros de largo por 60 de ancho que cuestan entre s/400 y s/2000 soles.

Genaro, explicó también sufre el problema del temor que tiene su personal de contagiarse al punto de  que algunos de ellos dejaron de venir. Dentro de sus trabajadores se encuentran unos cuatro migrantes venezolanos que se encargan del acabado de los ataúdes.

Como esta pequeña fábrica, hay otros negocios de la industria funeraria que han multiplicado sus ingresos por la pandemia del coronavirus. El crematorio Piedrangel, ubicado en Chorrillos, también incrementó su servicio de incineraciones de forma radical. El dueño del local, Roberto González, manifestó que sus empleados tienen que recoger diariamente entre 70 a 150 cadáveres para ser incinerados cuando sus números antes de la pandemia eran solo 15 cuerpos por día.

J.D.L