Aprender un idioma es una buena opción para ampliar nuestros conocimientos, pero a la vez un poco complicado. Es por ello, que se aconseja aprender al menos un idioma, sí es que estás interesado en viajar a otros países.
Lengua y diplomacia
Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos amplió su influencia en todo el mundo al entrenar al personal de sus embajadas en los idiomas locales de los países en los que se encontraban.
Afortunadamente para los estudiantes de idiomas de hoy en día, los libros y cintas de idiomas del Instituto del Servicio Exterior de Estados Unidos (FSI, por sus siglas en inglés) se pueden encontrar en línea. Son los mejores cursos gratuitos que están disponibles, aunque todavía se puede detectar algo de la Guerra Fría en el programa de estudios.
Lo mejor de todo es que el FSI ha hecho un gran servicio al clasificar los idiomas por grados de dificultad para los angloparlantes.
Estos son algunos ejemplos, ordenados de menor a mayor con respecto al número de horas que un alumno promedio necesita para dominarlos.
Los idiomas más fáciles (aproximadamente 600 horas de estudio)
Las lenguas latinas más populares son: italiano, francés, español y portugués ya que requieren unas 600 horas de estudio para alcanzar una competencia profesional general en lectura y expresión oral.
De estos idiomas, para los nativos de inglés los más fáciles de aprender son el español y el italiano, seguidos del portugués y, por último, del francés.
Estos idiomas comparten muchas palabras con el inglés, pero es ese vocabulario común el que crea «falsos amigos». Se trata de palabras en diferentes idiomas que se ven o suenan parecidas, pero cuyos significados son diferentes porque estos han variado con el tiempo.
Por ejemplo, en español, una mujer «embarazada» está embarazada, mientras que en francés «préservatif» no es algo que se añade a la comida, sino un preservativo o condón.
Mientras que el francés y el italiano están bastante estandarizados, hay que elegir entre aprender el español latinoamericano o el «castellano», que se habla en España. Estos se diferencian tanto como el inglés estadounidense y el británico.
Alemán (750 horas)
Uno de mis profesores de alemán solía bromear con que tardas un año en decir «estoy viajando en el autobús», pero una vez que estás en ese autobús, es pan comido.
Con sustantivos masculinos, femeninos y neutros, verbos que se conjugan mucho y una sintaxis extremadamente estricta, el alemán puede parecer insuperable al principio.
En cambio, la pronunciación y la ortografía son sencillas. Y cuando se aprenden las reglas.
Por otro lado, los alemanes nunca te interrumpen durante una conversación: están esperando a escuchar el verbo al final para saber de qué estabas hablando.
Malayo y suajili (900 horas)
El malayo es la lengua franca de varios países del sudeste asiático y se ha simplificado por su uso como segunda lengua por parte de hablantes no nativos.
Por ejemplo, el plural malayo se forma repitiendo una palabra dos veces: buku significa libro y buku-buku significa libros.
Asimismo, el suajili evolucionó como lengua comercial en África oriental y se describe como un vocabulario árabe sobre una gramática africana.
Húngaro (1.100 horas)
Hablar húngaro es uno de los más grandes desafíos ya que los verbos se declinan y se conjugan los sustantivos, a veces juntos.
Se denota posesión (mi jardín, tu jardín, su jardín, etc.) poniendo terminaciones verbales al sustantivo jardín.
Ejemplo: Pienseaen el» tú tomas» y «él toma» de Shakespeare: ‘thou takest’ y ‘he taketh’, en inglés. En ese caso, «tu jardín» (garden) sería «gardenest» y «su jardín» sería «gardeneth».
Griego (1.100 horas)
El griego moderno es el idioma más fácil de aprender que utiliza un alfabeto diferente.
Hay un libro irónico titulado «Aprende griego en 25 años», pero te sorprenderá lo sencillo que es aprender el alfabeto: los machos alfa, los lanzamientos beta y los rayos gamma se han encargado de ello. Porque, sí, el griego también es una lengua que ha aportado numerosas palabras al inglés.
Ruso (1.100 horas)
La gran ventaja de aprender ruso es que, una vez lo dominas, puedes entender otras lenguas eslavas como el checo, el polaco o el búlgaro.
Además, se habla y se entiende en todas las antiguas regiones de la Unión Soviética, desde Armenia hasta Kirguistán.
Escondido tras un velo cirílico de misterio, es uno de los idiomas más difíciles de dominar, hasta el punto de que incluso muchos rusos lo hablan incorrectamente.
Pero cualquier aficionado a la literatura, la música y el ballet o aspirante a astronauta (el ruso es una asignatura obligatoria en la NASA) debería estudiar un idioma con más de 500.000 palabras (algunas de hasta 38 caracteres), en el que la letra «e» suena como e u o y los sustantivos están «vivos» o «muertos».
Árabe (2.200)
Según comentaron, existe un mito urbano acerca de una farmacéutica que estaba promocionando una píldora analgésica con tres imágenes no verbales para consumo internacional.
La imagen de la izquierda mostraba a una mujer con dolor de cabeza. La del medio la mostraba ingiriendo la píldora y la de la derecha la hacía sonreír después de que el dolor hubiera disminuido.
Funcionó en todas partes excepto en el mundo árabe, que lo leyó de derecha a izquierda.
La dirección de la lectura y la escritura cursiva, que puede o no incluir vocales, son los dos principales obstáculos para los estudiantes de árabe.
El árabe clásico, la lengua del Corán, hará que te entiendan en todas partes, pero el árabe coloquial puede ser más útil, porque en cuanto los lugareños empiecen a conversar entre ellos, perderás el hilo.
Japonés (2.200)
Japón, un país que ha enriquecido al mundo con el sushi, el karaoke y el manga, etc.
Pero enfrentan un idioma extremadamente desafiante que utiliza caracteres chinos importados (kanji) desvinculados de su significado original, así como dos silabarios: el hiragana y el katakana (hay que aprender cuándo usar cada uno).
Contar objetos depende de si son largos y finos (carreteras), pequeños y redondos (manzanas), finos y planos (hojas de papel), anchos y planos (alfombras) y cientos de variedades más.
El japonés que se habla también depende del género. Hay un lenguaje «rudo» para los hombres y otro más «femenino» para las mujeres, pero debes entender ambos.
Cantonés / mandarín (2.200 horas, cada uno)
Cada dialecto chino es, en realidad, otro idioma. Pero, el mandarín (putonghua en chino, que significa lengua común) se considera la lengua oficial de la China moderna. Todos comparten (aproximadamente) un sistema de escritura en evolución, denominado 書面語 (o lengua escrita) inventado para administrar un imperio grande y diverso.
Existen también dos tipos principales de caracteres chinos bajo el mismo sistema de escritura: el chino tradicional utilizado en Hong Kong y Taiwán y el chino simplificado en la China continental (estandarizado y simplificado en la década de 1950 para aumentar la alfabetización en el país).
Por ejemplo, mosca se escribe como 飛 en chino tradicional y 飞 en chino simplificado. Básicamente, son el mismo carácter escrito de dos maneras diferentes, pero se pronuncian de forma distinta cuando se habla en un dialecto diferente.
¿Ya estás confundido?
Para estos casos se recomienda tener mucha paciencia al momento de practicar, si es que en realidad estás interesado de aprender todos estos idiomas.
No suelen ser fáciles, pero tampoco es imposible aprender el idioma de los otros países.