Conoce los diferentes objetivos de desarrollo sostenible para asegurar un mundo mejor

Para lograr esos objetivos, todos deben hacer su parte, incluidos los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y el público en general.

Cada uno de estos objetivos tiene metas específicas a alcanzar para el 2030. (Foto:APnoticias)

En 2015, las Naciones Unidas estableció objetivos globales para eliminar una serie de problemas sociales y ambientales, para garantizar un mundo mejor para todos. Cada uno de estos objetivos tiene metas específicas a alcanzar para el 2030. 

Para lograr esos objetivos, todos deben hacer su parte, incluidos los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y el público en general.Con el aumento del cambio climático y los diversos cambios en el medio ambiente, es importante considerar los objetivos propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que están relacionados con el medio ambiente.

1. Energía acequible y no contaminable

El acceso a la electricidad en los países más pobres se está acelerando, la eficiencia energética continúa mejorando y las energías renovables están logrando avances sólidos en el sector eléctrico. Sin embargo, se necesita más atención para mejorar el acceso a tecnologías y combustibles de cocinas limpios y seguros, para 3000 millones de personas, y así ampliar el uso de energías renovables distintas de la electricidad y aumentar la electrificación en el África subsahariana. 

El Informe de Progreso Energético proporciona una evaluación global del progreso en el acceso a la energía, la eficiencia energética y la energía renovable. El informe evalúa el progreso realizado por cada uno de estos tres pilares y proporciona una visión general del camino a seguir para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. 

2. Ciudades y comunidades sostenibles 

El mundo es cada vez más civilizado. Desde el 2007, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y se espera que esta cifra alcance el 60 % para el 2030. Las ciudades y las áreas urbanas son los motores del crecimiento económico y contribuyen con alrededor del 60 % del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70% de las emisiones globales de carbono y más del 60% del uso de recursos. 

La rápida urbanización conduce a que más personas vivan en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados, lo que empeora la contaminación del aire y el crecimiento urbano descontrolado.

3. Acción por el clima 

El 2019 fue el segundo año más caluroso de la historia y marcó el final de la década más calurosa (2010-2019) jamás registrada. Los niveles de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzaron un récord en 2019. 

El cambio climático afecta a todos los países de todos los continentes, alterando las economías nacionales y afectando vidas. Los sistemas meteorológicos están cambiando, el nivel del mar está subiendo y los fenómenos meteorológicos se están volviendo cada vez más extremos. El cambio climático no se detendrá, además, una vez que la economía mundial comience a recuperarse de la pandemia, se espera que las emisiones vuelvan a niveles más altos.

El Acuerdo de París, adoptado en 2015, tiene como objetivo reforzar la respuesta global a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de las temperaturas globales este siglo por debajo de los 2 °C con respecto a los niveles preindustriales. El acuerdo también tiene como objetivo fortalecer la capacidad de los países para responder a los impactos del cambio climático a través de flujos financieros apropiados, nuevos marcos tecnológicos y mejores marcos de desarrollo de capacidades.

4. Vida submarina

El océano impulsa los sistemas globales que hacen que la Tierra esté habitada por humanos. La lluvia, el agua potable, el clima, los litorales, la mayoría de nuestros alimentos e incluso el oxígeno del aire que respiramos es proporcionado y regulado por el mar. 

La gestión cuidadosa de este recurso global es esencial, porque  es un componente de un futuro sostenible. Sin embargo, en la actualidad, las aguas costeras se encuentran en constante deterioro debido a la contaminación y acidificación de los océanos, que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad. También tiene un efecto negativo en la pesquería de pequeña escala..

La protección de nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas, deben administrarse de manera efectiva y deben establecerse regulaciones para reducir la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos. 

5. Vida de ecosistemas terrestres 

En el 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió que el aumento global de las epidemias zoonóticas era motivo de preocupación. Indica específicamente que el 75% de todas las nuevas enfermedades humanas infecciosas son zoonóticas y que estas enfermedades están estrechamente relacionadas con la salud del ecosistema. 

La Directora Ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, dijo: “Con la propagación de COVID-19, el planeta ha enviado la mayor advertencia de que la humanidad debe cambiar”.

Además detalla cómo “reconstruir mejor”, a través de políticas científicas más sólidas, que contribuyan a un planeta más saludable e inversiones más ecológicas. 

Por otro lado, la respuesta del PNUMA se encarga de 4 áreas: 

  • Ayudar a las naciones a gestionar los desechos médicos de la COVID-19.
  • Producir un cambio transformativo para la naturaleza y las personas.
  • Trabajar para garantizar que los paquetes de recuperación económica creen resiliencia para futuras crisis.
  • Modernizar la gobernanza ambiental a nivel mundial.

Entonces, para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo, las Naciones Unidas han declarado la Década de la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030). Esta respuesta coordinada a nivel mundial a la pérdida y degradación del hábitat se centrará en desarrollar la voluntad política y la capacidad para restaurar la relación entre las personas y la naturaleza.

Finalmente, el trabajo continúa en un marco global nuevo y ambicioso para la biodiversidad posterior a 2020. A medida que el mundo responde y se recupera de la pandemia actual, necesitará un plan sólido para proteger la naturaleza. , para que la naturaleza pueda proteger a la humanidad.