Tomar baños de sol no es el único atractivo que Colán posee. También es posible realizar snorkeling, debido a la claridad de sus aguas cristalinas, y manejar motos acuáticas, además de visitar el santuario que se ubica a unos pocos metros de sus orillas.
El sandboard es otra de las actividades que pueden realizarse en este destino turístico, aunque este se realiza más bien en la arena. Allí, sin embargo, puede accederse también a vehículos todoterreno (ya sea motos, cuatrimotos o camionetas), los cuales permiten al visitante recorrer las tierras arenosas de Colán.
Cerca al balneario se encuentran las salineras de Colán, pozas de agua salada que corresponden a la industria artesanal y abastecen a los hogares peruanos con el recurso indispensable de la comida peruana: la sal.
Además, puede visitarse también el mirador de Colán, el cual permite observar el balneario en casi su totalidad. Aquí se ubica una cruz cuya existencia remonta al 1900, por lo que constituye un emblema histórico de este destino nacional.
La iglesia de San Lucas es otro de los principales atractivos de la zona. Se erigió en 1536 por los dominicos, haciendo uso de la piedra caliza de la localidad, y ha soportado hasta la actualidad tres incendios, lluvias y terremotos, por lo que constituye un inmueble tradicional y distintivo de la región.
