Ricardo Sánchez Serra
La mala compra de fertilizantes, escoger mal a los proveedores o la negligencia y falta de interés en enfrentar la crisis mundial de alimentos, sumado al abandono de la agricultura peruana, corrupción o enriquecerse a costa de ello, son sin duda un crimen contra el pueblo peruano.
El Gobierno debe tomar conciencia de la gravedad del problema y enfrentarlo con la mayor eficiencia, aquí no caben errores o negligencia, ni simpatías ideológicas o prejuicios, por lo que tanto el Consejo de Ministros, como los ministerios de Desarrollo Agrario y Riego del Perú y Relaciones Exteriores, en particular, deben abocarse en solucionar prioritariamente el problema del agro. Sus funcionarios serán los directos responsables del abastecimiento o desabastecimiento de los fertilizantes, con responsabilidades penales en este último caso.
Siempre hemos sostenido que la mejor compra es de Gobierno a Gobierno, sin intermediarios, sin precios alterados, por lo tanto, sin corrupción. Las conversaciones son transparentes y más en esta ocasión -en medio de la crisis alimentaria, de la cual años atrás los organismos pertinentes de las Naciones Unidas, habían advertido- que pone a prueba la disposición de los países amigos y/o socios.
Entre los principales países productores de fertilizantes se encuentran EE. UU. y Rusia. Marruecos tiene el 75 % de las reservas de los fosfatos y el primer exportador. Produce doce millones de toneladas de fertilizantes al año.
Brasil, donde el Perú está comprando los fertilizantes, importa de Marruecos tres millones de toneladas al año y han solicitado adquirir más. Y tiene los mejores componentes para suplir la urea.
De acuerdo a los especialistas, los fosfatos son esenciales para producir los fertilizantes de los cultivos. ¿El Gobierno peruano ha conversado con su similar de Rabat, la compra de este vital producto en el marco de la cooperación Sur-Sur?
De otro lado, no hay que esperanzarnos en comenzar a desarrollar proyectos para producir fertilizantes. Se puede empezar para mediano o largo plazo, pero hoy necesitamos comprar de forma inmediata para abonar el agro, cuya temporada empieza en agosto. Hay que evitar se agudice los índices de pobreza y aumenten los casos de desnutrición y anemia.
Por otra parte, son más de dos millones de agricultores, por lo que, además, tendrá que hacerse un eficaz empadronamiento. Las crisis, en todos los ámbitos, nos agarra siempre desprevenidos, sea por falta de infraestructura, organización o planificación.
(Publicado en La Razón el 19 de junio 2022)