Según el artículo publicado por The Lancet (Revista médica británica), los médicos que tienen protocolos estrictos de lavado de manos, tienen un 14% menos posibilidades de trasmitir virus o bacterias que puedan causar una infección al paciente.
El procedimiento se realiza con jabón quirúrgico, un cepillo estéril y una esponja nueva como mínimo, para dar la correcta atención a cualquier tipo de operación en la que implica el uso de materiales estériles.
Esta práctica no solo debe ser para un procedimiento quirúrgico, sino también como parte de una rutina diaria, evitando en muchos casos enfermedades diarreicas y respiratorias.
A veces hay medidas sencillas que pueden evitar grandes problemas tanto en el ámbito de la salud como en la vida diaria, estos procesos se los debemos inculcar desde temprana edad a los niños, para fomentar prácticas de higiene correctas.
J.A.G