El 11 de diciembre de 2017. El mandatario ruso Vladimir Putin aterriza repentinamente en la base aérea de Hamimim, en Latakia, Siria previa Turquía. Se le recibió entre aplausos por oficiales rusos y por su homólogo sirio, Bashar al Asad. Ambos caminan por la pista de aterrizaje, pasando revistas a las tropas y cazabombarderos. Días previos, Al Asad había viajado a la ciudad de Sochi, Rusia para agradecer en persona a Putin por “haber salvado” a su país.
En paralelo a esto, el rostro de Donald Trump era quemado en las calles de Estambul, Ammán, El Cairo y Hebrón en rechazo a la decisión del gobernante estadounidense en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y el anuncio de trasladar la Embajada de Estados Unidos a dicha ciudad.a sus visitas en Egipto y
W.S.S.