¿Cómo nació la idea del árbol navideño y los adornos?

La verdad detrás de los decorativos de Navidad según leyendas.

Esta costumbre empezó en Alemania.

El popular árbol, las luces, las botas, las esferas, los muñecos, las velas, y así miles de adornos más, son los decorativos más comunes en todo el mundo para esta fecha tan especial del año llamada Navidad, pero ¿De dónde nace todo esta tradición de decorar la casa con el árbol y demás cada 25 de diciembre?.

Para entender el inicio de esta tradición navideña, y la más tradicional de todas, nos remontamos a la primera mitad del siglo VIII en el viejo continente europeo, precisamente en Alemania. Según cuenta la leyenda, San Bonifacio, un antiguo evangelizador inglés, se puso a discutir con unos druidas, personas de clase sacerdotal, sobre el valor sagrado que tenía la planta del roble. Para San Bonifacio esta no tenía nada de especial, él no lo veía como tal, y es hasta aquí donde todas las versiones más conocidas concuerdan, luego existen distintas versiones que varían.

Una primera versión cuenta que cortó un perenne (el Yggdrasil o árbol de la vida) y en su lugar plantó un pino. Otra más dice que, bruscamente, San Bonifacio cortó un roble y, mágicamente, hizo desaparecer completamente a todos los de su alrededor, excepto a uno: un abeto; aquel árbol sobreviviente empezó a ser adorado como el abeto del gran niño Jesús, dando inicio así a una longeva tradición que no llegaría a España hasta recién los principios del siglo XIX.

Pero si nos vamos acercando a una leyenda un poco más contemporánea de la época actual, nos iremos hasta Estonia, en la ciudad de Tallín, donde cuenta la leyenda que por el año de 1441, nacía el primer árbol de Navidad en aquellas tierras. Esta historia, la cual guarda mucha tradición para la ciudad, inicia con un árbol que yacía en la plaza principal de la localidad al cual, aparentemente, un comerciante soltero comenzó a bailarle alrededor acompañado de varias mujeres quienes, finalmente, terminaron quemando al árbol. Es por ello que este relato, lejano a provocar algún repudio, desató la ya conocida costumbre de iluminar estos árboles abetos que coinciden con la Navidad.

Pero como no todo se centra en el árbol navideño, muchas personas ahora debaten en lo que debe contener este como adornos, y los más comunes son bombillas; en significado de la luz del mundo; herraduras; por la suerte que esta transmite; y la piña; en significancia de la inmortalidad al igual que de la unión familiar. No es hasta fines del siglo XIX que llega a la vieja España y empieza a hacerse costumbre como lo hace hasta hoy en día.

Volviendo al árbol navideño y al país de habla hispana, el primer español que se inició en esta tradición de poner un árbol fue Sofía Troubetzkoy, una viuda de un hermanastro de Napoleón y de origen ruso. Desde 1868, con José Osorio como su nuevo esposo, su primera Navidad juntos fue en el Palacio de Alcañices (hoy el Banco de España), donde pidió si podía establecer un abeto decorado.

Al fin y al cabo, podrá haber muchas historias sobre este, pero lo cierto es que el árbol navideño guarda un gran significado en estas fechas para las miles de personas en el mundo, el cual se puede resumir como: lugar de acogida, donde la luz nunca faltará.