Profesionales de la salud, indicaron que las personas de la tercera edad son los más vulnerables a contagiarse del COVID-19, resultado de esto, es el alto porcentaje de fallecidos que pertenece a ese rango. Por esta razón, los familiares de estos ciudadanos optaron por mantenerlos.
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Sin embargo, por estas razones muchos de ellos, dejaron de asistir a sus controles médicos, no realizan ejercicio, provocando una longevidad más acelerada y sufren problemas psicológicos, que podría traer otras consecuencias severas.
“Hay que desconfinar también a esta población, en parte. Si no, morirán, pero de otra cosa” indica Oliver Guérin, presidente de la Sociedad Francesa de Geriatría y Gerontología, con respecto a la situación difícil que viven los ancianos por esta pandemia.
Además, afirmó que se trabaja con ellos, no solo pensando en su vulnerabilidad ante el coronavirus, sino, que se le realiza una evaluación de su estado psicológico, nutricional y cognitivo, de otra manera, esto los empezará a afectar.
En primera instancia, los adultos mayores han dejado de asistir a sus chequeos médicos por temor a contraer la enfermedad, dejando sin tratamiento sus problemas de salud. Además, muchos son propensos a contraer angustia psicológica, debido al encierro.
Asimismo, al no realizar actividad física, sus músculos se deterioran, provocando un problema en su anatomía. Sin embargo, podemos hacer frente a esta situación con ejercicios caseros asistidos por un familiar, son efectivos confirman los especialistas.
En China, se realizó un estudio donde los ancianos tenían la mayor tasa de mortalidad frente al coronavirus. Las personas mayores poseían el 4% de mortalidad, mientras que las demás personas infectadas (población no vulnerable) tenían el 1.4%. Los septuagenarios, particularmente, tenían el 8.6% y los mayores de 80 años el 13.4% de la tasa de mortalidad.
L.S.D.
