En el Centro de Lima, en el jirón Cusco, se encuentra un establecimiento llamado ‘Médicos Cubanos’, el cual trabaja bajo pinta de ‘clínica’ y atiende a personas en distintos servicios médicos con presuntos doctores que no cuentan con una colegiatura ni una especialidad.
En un reportaje realizado por Punto Final, se identificaron dos importantes puntos: publicidad engañosa y supuesto fraude de identidad médica. El primer punto es la publicidad para llegar a este local, la cual realizan mediante la repartición de periódicos en el Jirón de la Unión. En dicho periódico, prometen tratamientos efectivos para enfermedades crónicas y degenerativas, como la artrosis; lo cual llama la atención de los lectores que más tarde se convertirían en pacientes.
En el informe periodístico, se recopila también la historia de dos pacientes; una que recibió atención en la especialidad de Ginecología y otra en Neumología. En el caso de la primera paciente, la persona a cargo fue la supuesta doctora Lianet Ballester Cedeño, una mujer de nacionalidad cubana que firma sus prescripciones con un número de colegiatura inexistente en el Colegio Médico del Perú (CMP).
De igual manera, en el segundo caso, quien atiende al paciente es Green Parra, un hombre de nacionalidad venezolana, el cual a diferencia de la anterior ´doctora´, firma la prescripción con un número de colegiatura existente; pero que es de otro profesional médico.
Estos pacientes fueron los reporteros haciéndose pasar por personas en necesidad de ayuda médica, los cuales al enfrentar a estos supuestos médicos extranjeros recibieron respuestas y argumentos confusos del por qué no cuentan o colocan otros números de colegiatura, así como la falta de permisos de las autoridades peruanas.
Indicaron que la presunta educación recibida en su país, les faculta brindar atención profesional de salud en distintas especialidades.
En la misma línea, la Superintendencia Nacional de Salud (SuSalud) ha requisado en dos ocasiones el establecimiento de Médicos Cubanos, siendo en la segunda intervención la clausura del lugar “por no contar con las garantías mínimas para atender pacientes” y por no estar inscrita en el Registro Nacional de Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud. Sin embargo, la ‘clínica’ siguió operando.
Respecto a ello, el dueño del lugar, Orlando Izquierdo, declaró en el reportaje que el registro ante la autoridad sanitaria como establecimiento de salud está en trámite.