Investigadoras de la Universidad Politécnica de Valencia vienen analizando el ojo de una ballena, considerado uno de los órganos visuales más grandes del mundo, el cual fue extraído de una especie que apareció malherida en las playas de Sopela, muriendo finalmente.
Para la doctora Elena Vecino, líder del equipo comprendido por cuatro mujeres, resulta una investigación “novedosa” porque se trata del ojo más grandes nunca antes estudiado, hecho que ha despertado un gran interés de diversos especialistas.
La investigación que aún sigue su curso, ha lanzado algunas conclusiones, como por ejemplo que las ballenas no distinguen ni colores ni cuentan con una buena visión, pero pese a ello, mantienen su ritmo cardiaco gracias a la luz.
“Las personas invidentes a pesar de no tener fotoreceptores y no poder ver, mantienen los ritmos circadianos, saben cuándo es de día y cuando de noche. En los cetáceos nunca se había investigado esto”, detalló Vecino.
A pesar de que se trate de un novedoso estudio, la investigadora ha denunciado que lamentablemente no se ha podido contar con “ninguna financiación” que logre apoyar económicamente con este proyecto en especifico, es por ello que las investigadoras elaboran este trabajo en paralelo con otros estudios.
K.V.C.
