La casa hogar CIMA acoge a jóvenes en alto riesgo en el distrito de Cieneguilla, en donde se le hacen una invitación para que los chicos elijan libremente: o se van o se quedan. Si esta es su opción, adoptan los tres principios que rigen en la casa hogar CIMA: respeto, amor y compromiso.
La actividad en la casa de ayuda comienza a las 6 y 10 de la mañana, con una oración comunitaria en la que participan los niños y adolescentes, los voluntarios extranjeros, los tutores y los especialistas. “Somos un hogar católico, pero respetamos a quien profese otra religión”, explica Jean-Louis Lebel, fundador de la institución ubicada en Cieneguilla desde hace 28 años.
La casa de apoyo ofrece 10 talleres de ayuda que les darán herramientas para sus vidas, en donde son apoyados por dos psicólogos, dos asistentas sociales y otros especialistas.
Vale destacar que la casa hogar CIMA les abre un abanico de posibilidades para relacionarse con el mundo, como por ejemplo habilidades de cocina, carpintería, manejo de animales de granja, etcétera. A los valores católicos les suma el del cuidado del medioambiente (a diario practican el reciclaje y saben hacer compost). A las 9 de la noche, el silencio volverá cuando los chicos más grandes, de 17 años, apaguen las últimas bombillas de luz de sus cuartos.
B.S.R.
