La región del Tíbet, en China, fue sacudida por un fuerte terremoto provocando la pérdida de 126 vidas y dejando 188 heridos. El epicentro se localizó en el condado rural de Tingri, cercano a la frontera con Nepal, y los temblores se sintieron incluso en Katmandú y otras zonas de la India. Según el Centro de Redes Sísmicas de China, el sismo tuvo una magnitud de 6,8, mientras que el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) la estimó en 7,1.
Las imágenes difundidas por medios estatales muestran viviendas colapsadas, vehículos sepultados y calles cubiertas de escombros. El presidente chino, Xi Jinping, y las autoridades locales han desplegado operativos de búsqueda y rescate, además de enviar tiendas de campaña y otros suministros esenciales para enfrentar las bajas temperaturas nocturnas, que pueden descender hasta -16 °C.
El impacto del terremoto ha sido especialmente severo en Tingri, una región montañosa con construcciones frágiles y una población aproximada de 62,000 personas. Testigos locales describieron escenas de caos y desesperación, con ambulancias trasladando heridos durante día y noche. En Lhasa, la capital regional, también se reportaron daños considerables, incluidas grietas en edificios y el colapso de estructuras antiguas.
El sismo, el más fuerte registrado en la región en los últimos cinco años, evidenció la vulnerabilidad de las zonas montañosas ante desastres naturales. Este evento se suma a una lista de terremotos mortales que han azotado China, como el de Yunnan en 2014, que dejó más de 600 víctimas fatales.
