El Covid-19 se sigue esparciendo en todo el mundo, y en Chile la idea de unos presos ha comenzado a dar frutos. Esta semana los reclusos de la cárcel más antigua de la ciudad de Santiago, conocido como la ex Penitenciaría del mismo nombre de la ciudad, pusieron en marcha la fabricación de mascarillas para prevenir posibles contagios de coronavirus.
El objetivo de los presos es alcanzar las 50 000 máscaras para cubrir la necesidad de las 49 380 personas que se encuentran internadas pagando prisión de algún tipo de delito. De acuerdo a los Gendarmería (guardias del centro) hasta el momento han alcanzado la cantidad de 2 474 accesorios, donde llevan un ritmo de 300 por día.
“Esta medida es una de las tantas que estamos tomando, con mucha urgencia, para proteger la vida y la salud de las personas que están bajo custodia del Estado. Hemos estado muy preocupados de la situación que se vive al interior de los penales con motivo de la pandemia del coronavirus”, manifestó Hernán Larraín, ministro de Justicia de Chile.
Además, se conoce que las clases brindadas en los establecimientos como la costura están sirviendo, porque dentro de la creación de productos, han logrado mostrar 2 tipos de cubrebocas, la primera se puede envolver de manera individual, y la otra podría lavarse 3 veces y secarse con vapor, generando utilidades que sirven como acción para que el virus se siga propagando.
J. I. R.
